
Huertos, muros y techos verdes constituyen la solución a retos ambientales y alimentarios en las ciudades
Quienes viven en las ciudades deben y tienen que dejar de ser sólo consumidores; ha llegado el momento de modificar la dinámica para que cada día sean más los huertos urbanos. Estos son espacios verdes que tienen diversos beneficios para quienes los trabajan, así como para el medio ambiente en general.
Es necesario que en las urbes, sus habitantes produzcan sus propios alimentos; es una acción imprescindible, pues garantizará la soberanía alimentaria y estaría evitando posibles crisis a falta de insumos para comer. El hecho de que cada quien pueda cosechar lo que consumirá, es un objetivo que debe alcanzarse, y por tanto, tiene que impulsarse.
Aunque en otros países del continente americano, como Cuba, esto ya es una realidad; en México la agricultura urbana y periurbana aún se encuentra en una etapa de conocimiento y de acercamiento; todavía son pocos los que se dedican a sembrar para cultivar en sus casas. De hecho, el tema apenas empieza a ser impulsado como política pública en el país, ya que hoy en día las zonas verdes en el territorio son en su mayoría estéticas y no productivas. Por ello es que se requiere el apoyo para iniciativas o proyectos sustentables como los huertos urbanos, muros y techos verdes.
De acuerdo con datos recabados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en Cuba se vieron obligados a producir alimentos en las ciudades debido a la crisis ecológica, energética y social por la que atravesaron. Esto es lo que debe prevenirse ahora, no sólo en México, sino en el mundo.
En Yucatán y la metrópoli el tema aún empieza a comentarse, por lo que puede decirse que está todavía en un momento que ni siquiera puede considerarse inicial. Agrupaciones, asociaciones y colectivos se están dando a la tarea de informar sobre los beneficios de la agricultura en el entorno urbano. Estas organizaciones dan testimonio de su utilidad, pues cuentan con estas áreas verdes formadas y en producción; a su vez, gran parte de ellas además de informar, imparten cursos y acercan los insumos que se necesitan para iniciar en casa un sembradío.
Lo esencial es saber que no se requieren grandes cantidades de dinero, sofisticados sistemas de riego, tecnología de punta o materiales de lujo para implementar en el hogar un huerto, muro o techo verde que permita la autosuficiencia alimentaria. Por el contrario, tras invertir tiempo en el cuidado y riego de las plantas se obtendrá un beneficio económico que se reflejará en el ahorro, pues ya no se tendrán que comprar en los supermercados las frutas y verduras. Otra bondad de las agricultura urbana es el reciclaje, porque los desechos orgánicos pueden ser utilizados como abono para las plantas; desde luego hay un impacto positivo al ambiente, al ser pequeños pulmones y contribuir a disminuir las altas temperaturas.
El trayecto hacia la conciencia acerca de esta actividad es largo, y otro gran objetivo a considerar es la siembra y cosecha comunal que permita que grandes extensiones sean fuente alimentaria para comunidades, colonias o fraccionamientos. Asimismo, se debe transformar la utilidad de los parques y abrir un ciclo de beneficios en dichos espacios de convivencia familiar y vecinal; brindar educación alimentaria, intercambio de semillas y la siembra colectiva; éstas son algunas de las acciones que permiten dejar en la mente de los habitantes de la metrópoli, la inquietud de iniciar su propio proyecto de agricultura urbana.

Jorge David Guzmán Moguel
Licenciado en Periodismo, especialista en temas de divulgación y comunicación organizacional.
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