Ciudades inteligentes y la visión estratégica del futuro

El concepto de ciudades inteligentes o SMART City se refiere a la integración del desarrollo tecnológico al ámbito urbano, social y ambiental. En éste, las llamadas Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TICs) se convierten en el envolvente para que las grandes estrategias que se planean en una ciudad puedan ser implementadas, monitoreadas y evaluadas. Bajo esta reflexión analizaremos las características que las ciudades en crecimiento deben de tener hoy en día, en tiempos de la cuarta revolución industrial.[1]

Conforme al Libro Blanco de SMART Cities y según informes de la ONU, se estima que para 2050 el 70% de la población estaría viviendo en ambientes urbanos. Esto significa que las ciudades como la nuestra, que rondan el millón de habitantes, serán las receptoras potenciales de más población. Además, seremos testigos de un fenómeno sin precedente en la historia de la humanidad: del surgimiento de ciudades o centros de población emergentes creados a modo, para evitar los serios problemas de las ciudades ya consolidadas. Estaríamos experimentando, por tanto, un crecimiento urbano acelerado y multiplicado, lo cual impactaría sustancialmente en la calidad ambiental y de vida de los habitantes (toda vez que los procesos urbanos lleven un tiempo de maduración paulatina, adaptándose a los cambios sociales y ambientales).

Desde esta perspectiva, el concepto “SMART” se ha centrado en la ciudad para abordar la cuestión del “crecimiento inteligente” y sus relaciones con el consumo y movilización de bienes, eficiencia energética, transporte público, manejo de residuos sólidos, abastecimiento y tratamiento del agua. Es decir: ¿cómo se encuentra el equilibrio entre el crecimiento de una ciudad y la demanda de sus servicios con sostenibilidad y eficiencia?

Desde la década de 1970 las grandes urbes han estado cuestionado el crecimiento de las ciudades y el costo que implica la vida citadina. De tal forma que el tema de la ciudad inteligente se convierte en un posicionamiento tecnológico al servicio de los gobiernos locales. Ya que, para poder tener ciudades inteligentes, deberíamos tener gobiernos inteligentes.

Según la Technische Universität Wien, la ciudad inteligente es la que “consigue buenos resultados en seis áreas (economía, gente, administración, movilidad, ambiente y calidad de vida): creada gracias a la unión inteligente de los recursos y actividades de autoridades. y por supuesto, de ciudadanos independientes y comprometidos”[2]. Para poder lograrlo se requiere haber pasado por tres generaciones de ciudades inteligentes; en donde la primera tiene que ver con la incorporación de las TICs a los procesos urbanos; la segunda corresponde a la autoridad que hace sinergia con los proveedores tecnológicos y les sirve de soporte para la toma de decisiones; especialmente en el tema de la movilidad urbana y la eficiencia energética. La tercera generación corresponde al momento en que los sectores sociales y empresariales aportan para la construcción de una inteligencia urbana, que finalmente, le servirá a toda la sociedad para mejorar la calidad de vida y los servicios que la ciudad ofrece.

Si bien, el concepto y los resultados también han sido criticados debido a la complejidad que representa para los gobiernos locales latinoamericanos poderse subir a este tren tecnológico; no deja de ser una alternativa para nuestras ciudades, y en especial para Mérida; toda vez que ya no podemos seguir siendo receptores de eventos y acciones, sin que haya de por medio una estrategia firme sobre el futuro urbano de la ciudad en tiempos de la cuarta revolución industrial.

[1] Concepto desarrollado por Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial en 1972.

[2] EIP-SCC, (2014), TheEuropeaninnovationpartnership on smart cities and communities, online at: http://ec. Europa.eu/eip/smartcities.