El 21 de febrero de 2020 se publica el proceso de modificación del Programa Municipal de Desarrollo Urbano de Mérida (PMDUM) de 2017. La ley establece que el proceso debe de ser elaborado en 180 días, para dar inicio a la segunda etapa de la modificación, que son las audiencias. En éstas se recopilan, de manera escrita, todas las observaciones recibidas sobre el proyecto de modificación presentado. Una vez concluidas las audiencias, la instancia municipal responsable –en este caso el Instituto Municipal de Planeación del Ayuntamiento de Mérida (IMPLAN)–, tiene la obligación de responder por escrito las observaciones, sustentando en sus respuestas las razones por las que se incorporan o se descartan.
En los meses de septiembre, octubre y noviembre del año 2020, se llevaron a cabo las audiencias. La ley no establece un plazo máximo para esta segunda etapa, pero, al día de hoy –abril 2022–, ya se cuenta con el “Proyecto Final” que ha sido presentado al Consejo Municipal de Ordenamiento Territorial, Desarrollo Urbano y Vivienda del Municipio de Mérida.
Si bien el documento final muestra un gran trabajo –especialmente el capítulo de Antecedentes/diagnóstico, que es muy amplio–, también presenta una serie de inconsistencias y contradicciones que son de suma importancia para el desarrollo urbano orientado a la habitabilidad y la sostenibilidad.
En este análisis nos centraremos en tres temas relevantes:
1. Los impactos de los usos del suelo;
2. La distribución de los usos del suelo con base en la jerarquización vial, y;
3. Las densidades.
Impactos de los usos del suelo
La temática de los impactos tiene un avance y precisión importante, en el sentido de que ya podemos identificar los criterios básicos considerados y que se incorporan a este proyecto final: escala, movilidad y operación. También, podemos encontrar la incorporación de criterios complementarios que ya se consideran: concentración, especialización y administración. Esos son los elementos para identificar los impactos, sin embargo, al momento de definir si el impacto es bajo, mediano o alto, se basa únicamente en los m2 construidos.
Pero ¿cuál puede ser la consecuencia de considerar solo o de manera prioritaria los m2 construidos?
El considerar que “a mayor m2 construidos es igual a mayor impacto”, no es una regla. Tenemos casos donde las instalaciones que requieren algunos usos no demandan mucha superficie y, sin embargo, dicho uso tiene un impacto muy alto. Del mismo modo, podemos encontrarnos con lo inverso: un uso del suelo que requiera de mucha superficie construida y que, sin embargo, su impacto no resulte alto. La predeterminación de que es bajo, mediano o alto exclusivamente por los m2, puede caer en calificaciones excedidas. A eso podemos sumarle que podemos contar con medidas de mitigación que se establezcan en los estudios que el mismo PMDUM solicita realizar.
Usos del suelo en función de las vialidades
La distribución de los diferentes usos del suelo en las ciudades –es decir, los lugares donde la población realiza la variedad de sus actividades–, dan estructura y organización a los espacios urbanos y son determinantes en la intensidad de los flujos de personas y mercancías. Hoy en día, la organización urbana en células, barrios o subcentros, con distribución de usos de suelo acorde a este orden, cobra mayor peso en los debates urbanos. Se pone en valor la importancia de los equipamientos y servicios en torno a la vivienda, como elementos que proporcionan habitabilidad para la recuperación de la escala humana en la movilidad y para promoción de los viajes de cercanía.
Los documentos: Cities and Pandemics: Towards a More Just, Green and Healthy Future (UN-Habitat 2021) y la Nueva Agenda Urbana que emana de la cumbre mundial Hábitat III, al igual que una buena cantidad de documentos de investigación, hacen énfasis en estos aspectos y en las características necesarias para fomentar la proximidad de actividades y actores, y para dinamizar las ciudades. La Ciudad de los 15 minutos es una iniciativa que surgió del gobierno de París, y que ha captado gran atención en el resto del mundo. Ésta se refiere a la posibilidad de realizar todas las actividades cotidianas con recorridos que no excedan ese tiempo. En estos postulados, los usos de suelo son el elemento esencial para conformar las estructuras propuestas.
En el Nivel de Antecedentes del PMDUM, están contenidos los planteamientos arriba mencionados. Además, en el Escenario a futuro –contenido en este apartado de antecedentes–, se contempla la escala barrial, en la cual los ciudadanos tengan accesibilidad a los diferentes equipamientos y servicios, y donde prevalezcan usos mixtos. En dichos apartados se expone que la gestión de los usos del suelo serán consecuentes con el cumplimiento de los objetivos del Programa, en los que destacan la habitabilidad, el bienestar y la sostenibilidad.
Sin embargo, en el mismo PMDUM en los niveles Normativo y Estratégico, se establece la gestión de los usos del suelo en función de la jerarquización vial. Lejos de procurar el desarrollo de actividades comerciales, de ocio, de salud, de educación y en la medida de lo posible de trabajo, en un ámbito accesible en la escala humana y que sirva a la población que vive en torno a ellos; la regulación propone que las diferentes actividades que se realizan en la ciudad se distribuyan a lo largo de las vías de circulación, vías desarrolladas para la circulación de vehículos motorizados.
Estas normas, estrategias y acciones relativas a los usos del suelo, contradicen el Escenario a Futuro, y promueven el incremento de la demanda de transporte privado y público, así como largos recorridos, con el consecuente impacto ambiental y espacial que esta situación genera. En lo social, socava la interacción en los barrios y elimina la posibilidad de formación de tejido social.
Densificación de la zona consolidada
De acuerdo a los datos del Observatorio Urbano Global de ONU-Hábitat, en los países en vías de desarrollo el uso de suelo urbano creció un 350%, al mismo tiempo que la población urbana creció un 100% Esto hace que uno de los temas más importantes de la citada Nueva Agenda Urbana, se refiera a la urgencia de densificar las ciudades y revertir el proceso de expansión territorial como medida urgente para encaminarnos a ciudades más sustentables, que ofrezcan a sus habitantes una mejor calidad de vida.
Este criterio se plasma de manera importante en los objetivos del PMDUM que aún está vigente, y se mantiene en el proyecto de modificación. Sin embargo, en el nivel normativo, no se observa ningún planteamiento que vaya en el sentido de una densificación, sino que sigue presentando criterios para las gestiones de autorización de ocupación de uso de suelo que claramente van en sentido contrario.
Algunos de los principales obstáculos que se plantean en el nivel normativo que impiden los objetivos de densificación y ocupación de los vacíos urbanos son los siguientes:
1) No tenemos un Programa de Centro de Población. En 2014 se crea el Instituto Municipal de Planeación, cuya tarea principal era la de actualizar el programa de desarrollo urbano municipal y, de manera inmediata, realizar el programa de centro de población de la ciudad de Mérida que tanto nos urge. La primera tarea (PMDUM) se realiza y se publica en 2017 y, al día de hoy, sigue en proceso de modificación. Han pasado en total 8 años de proceso de este PMDUM y hoy seguimos teniendo un programa municipal limitado a la zonificación primaria, sin la especificidad suficiente y sin que se toma atribuciones de zonificación secundaria que le corresponde a un programa de centro de población.
2) Estudios de densificación y estudios de impacto innecesarios. La falta de especificidad en las densidades reconocida en el propio documento del PMDUM, se pretende sustituir obligando al ciudadano a realizar una serie de estudios de densificación y estudios de impacto, ambiental, urbano, vial, hidrometereológico, entre otros. Estudios que están incluidos en el mismo documento. En todo caso, se justifican cuando el uso propuesto rebasa lo establecido o no está considerado en el propio PMDUM. Aunado a lo anterior, no existen parámetros ni criterios claros para el contenido ni para la calificación de dichos estudios.
3) Factibilidades de servicios. Las factibilidades que, de acuerdo a lo establecido en el PMDUM se debe obtener para cualquier obra, están condicionadas a la inversión por parte del ciudadano en ampliaciones de red, aumentos de diámetros de tuberías, plantas de tratamiento, sistemas de captación, troncales y obras específicas de electricidad. Esta condición hace imposible densificar zonas urbanas que presentan una baja densidad. Asimismo, se estimula la expansión de la ciudad, ya que el costo de la tierra es el único factor diferenciador. Es importante señalar que los dictámenes de dichos estudios y factibilidades se aplican con fines recaudatorios y se han convertido en instrumentos que condicionan al ciudadano a pagar o realizar obras públicas que no le corresponden.
4) La declaratoria de zonas de patrimonio cultural edificado. Existe una gran falta de especificidad de este instrumento, cuyas áreas se pretenden ampliar –¿o incorporar?– en la propuesta de modificación del PMDUM. Dicha declaratoria tiene para su aplicación un reglamento generalizado y homogéneo, cuyos criterios no son aplicables a todas las colonias incluidas en la declaratoria, como la Colonia México, García Ginerés, Itzimná, y demás colonias que se encuentran en los alrededores del centro histórico, y que tienen diversas características. En el proyecto final de modificación del PMDUM, se propone ampliar las zonas de la declaratoria afectando la posibilidad de densificación de gran parte de la ciudad, ya que en todas esas zonas ya no aplica la normativa y solo se establece un “dictamen” de la dirección de desarrollo urbano, quedando los permisos a criterio de los funcionarios en turno. Este mecanismo no solo representa un obstáculo más para la densificación, sino que ha provocado el abandono, deterioro y en muchos casos desaparición del patrimonio edificado que pretende proteger.
Hacemos mención de que, el 27 y el 30 de abril 2022, se tendrá la oportunidad de poder presentar a través de sesiones del Observatorio Urbano de Mérida y del Consejo Municipal de Ordenamiento Territorial, Desarrollo Urbano y Vivienda del Municipio de Mérida respectivamente, las últimas observaciones al Proyecto final del PMDUM.
El Programa Municipal de Desarrollo Urbano de Mérida presenta una serie de inconsistencias y contradicciones que son de suma importancia para el desarrollo urbano orientado a la habitabilidad y la sostenibilidad.
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