El acuífero yucateco, una importante reserva mundial

Abr 28, 2020 | Artículos, Ciudad Sostenible

Al internarme en una caverna, los sentidos cambian, la pupila del ojo se dilata y permite observar un poco en la obscuridad las diversas formas de las rocas. El olfato percibe un olor a humedad y el oído va cediendo paso a sonidos vacíos y huecos, interrumpidos por el caer de una gota, el aleteo de un murciélago o el deslizar de una araña en la pared. En esos momentos la imaginación vuela y llegan a mi mente relatos e historias de seres extraños y misteriosos de los habitantes del mundo subterráneo. La lámpara de mi mano apunta a las cavidades y túneles carentes de luz, casi deseando ver a los aluxes o a la Tsukán, aquella serpiente gigante y mítica, con cabeza como la de un caballo y crines, que ha sido observada como una guardiana en varias grutas de Yucatán.

 

Muchos seres míticos en todo el mundo se han adueñado del mundo subterráneo y, sin embargo, los mitos no se encuentran alejados de la realidad. En el interior de las cuevas y cenotes de la península de Yucatán existe una biodiversidad única en el planeta.

¿Cómo se formaron estas cavidades tan particulares de la península de Yucatán? Si nos proyectáramos al pasado hasta hace unos 200 millones de años atrás, aparecería ante nuestra vista un vasto océano y, en algún espacio, se encontraría nuestro territorio actual. Con el tiempo, los restos de conchas de animales marinos se fueron acumulando y formaron una losa calcárea que fue emergiendo;(1) el agua fue disolviendo poco a poco la roca a través de los diversos conductos, fracturas y fallas, dando origen a los cenotes y cavernas que hoy conocemos.

 

La vida que se ha desarrollado en las cavernas está adaptada a condiciones particulares, ligadas a factores como: la cantidad de luz como fuente de energía, la temperatura, el aire, el agua y la cantidad de nutrientes. Estas adaptaciones han llevado finalmente al desarrollo de especies endémicas, adaptadas exclusivamente a este tipo de ambiente y que no existen en otras partes del mundo. El espeleólogo Antonio Núñez, señalaba que la mayoría de los cavernícolas acuáticos no descienden de animales de la superficie de la tierra, sino de formas marinas. ¿Cómo lo demostraron los investigadores? Encontraron que varias especies del mundo subterráneo tienen parientes cercanos, precisamente en animales todavía marinos; además, han observado que estas especies poseen una gran capacidad para tolerar variaciones de salinidad, algo imposible de com- prender ya que han vivido aislados mucho tiempo.

 

Por ello los cenotes, además de su valor cultural, tienen una gran importancia biológica, pues constituyen el hábitat de especies únicas en el mundo que han evolucionado con el paso de los años y dado origen a organismos troglobios capaces de vivir en condiciones tan extremas. A modo de ejemplo tenemos a las especies en peligro de extinción, como la dama blanca (Typhliasina pearsei) y la anguila ciega yucateca (Ophisternon infernale), o las especies amenazadas como la cochinilla yucateca (Creaseriella anops) y el chacal (Typhlatya mitchelli).

 

 

Históricamente, estas formaciones kársticas fueron la principal fuente de abastecimiento de agua y jugaron un papel preponderante en el desarrollo de la civilización maya, la cual utilizaba el término dzonot para referirse a estas cavidades con agua. Las cuevas fueron fuente de extracción de arcilla para la elaboración de vasijas, sascab y piedras para sus construcciones, abono para sus cultivos, así como un lugar para la ejecución de rituales relacionados con la fertilidad y la ascensión al poder.

Ahora sabemos por datos ofrecidos por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), que la península de Yucatán tiene una de las reservas hidrológicas más importantes a nivel mundial y una de las regiones con mayor recarga hídrica de todo México, con una concentración de más del 32%. Sin embargo, la reserva de agua de esta región es altamente vulnerable por tratarse de un acuífero emplazado en rocas carbonatadas con un alto grado de filtración y, por ende, fácilmente expuesto a recibir contaminantes que provienen de la superficie, debido al vertimiento de aguas residuales domésticas, municipales, agropecuarias e industriales.

“La península de Yucatán tiene una de las reservas hidrológicas más importantes a nivel mundial y una de las regiones con mayor recarga hídrica de todo México, con una concentración de más del 32%”.

Diversos estudios han identificado indirectamente la conexión entre actividades antropogénicas al interior del estado de Yucatán con la presencia de contaminantes en cenotes y zona costera. Uno de los mayores desafíos de la península de Yucatán es contar con la información necesaria para los flujos de agua, contaminantes y sus variaciones espacio-temporales.

Ante este reto, varias instituciones de la región (Innovaforce, UNAM, CICY, UADY, Universidad Marista de Mérida y COTASMEY) están iniciando un proyecto piloto muy novedoso llamado “Sistema de monitoreo e infraestructura tecno- lógica basada en el Internet de las cosas, para el monitoreo y evaluación de la calidad del agua del acuífero de Yucatán”. Este proyecto consistirá en colocar 12 puntos de monitoreo con infraestructura tecnológica automatizada, para la lectura remota o manual permanente de 7 variables del acuífero: conductividad eléctrica, nivel de agua, pH, potencial de óxido reducción, temperatura, amonio y nitrato.

Varias instituciones de la región (Innovaforce, UNAM, CICY, UADY, Universidad Marista de Mérida y COTASMEY) están iniciando un proyecto piloto muy novedoso llamado “Sistema de monitoreo e infraestructura tecnológica basada en el Internet de las cosas, para el monitoreo y evaluación de la calidad del agua del acuífero de Yucatán”.

Este proyecto es un primer gran paso para tomar decisiones y garantizar la preservación de uno de los recursos no renovables más importantes del país. Los diversos problemas socio ambientales que enfrenta el recurso hídrico en la región son muy complejos, por lo que exhortamos a la participación de los diversos sectores de la sociedad para lograr una gestión integral y sostenible del agua.

 

 

(1) Este tipo de geomorfología se conoce como kárstica. 

 

 

María Pía Mc Manus Gómez

María Pía Mc Manus Gómez

Maestra en Ciencias con especialidad en Ecología Humana por el CINVESTAV, profesora y Coordinadora de Enlace Ambiental de la Escuela de Recursos Naturales de la Universidad Marista de Mérida.

E-mail: mmcmanus@marista.edu.mx

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