Ya hablaron, ahora escuchen, luego construyamos

A partir del primer minuto del jueves pasado, está prohibido a los candidatos seguir hablando. Durante todo el período de campaña lo hicieron hasta el hartazgo. Como nunca, los privilegios otorgados a tantos partidos, muchos de ellos inútiles para los ciudadanos, permitieron que fuéramos bombardeados con imágenes y palabras fútiles por cuanto medio tuvieron a su alcance. Una enorme cantidad de la información que nos transmitieron fue banal, fueron pocos los candidatos que presentaron propuestas, estrategias y una visión clara de lo que necesita México, la gran mayoría se dedicó a bailar, cantar, y hacer ridiculeces en las redes sociales, demostrando así su incapacidad para ocupar un cargo público, aunque muchos de ellos seguramente llegarán a ocuparlo, ya que con esas acciones lograron “conectar” con la gente e incrementar su “popularidad”.

Este domingo 06 de junio, es el turno de nosotros los ciudadanos para ser escuchados, esa pequeña pero importantísima acción que consiste en emitir nuestro voto, es la base de una democracia que nos ha costado mucho construir, pero que aún no alcanza la fortaleza necesaria para resistir las amenazas a las que se expone cotidianamente, sin resquebrajarse. Esta acción, aunque muy importante, es solamente una frágil base sobre la cual debe construirse una democracia auténtica y transformadora, y esa labor hay que iniciarla en el instante inmediato que sigue al depósito de la boleta en el interior de la urna.

México demanda con urgencia de nosotros sus ciudadanos, que una vez expresada nuestra decisión, construyamos un país mas justo, libre, y próspero. ¡Hagámoslo!

Construyamos un sistema educativo que prepare adecuadamente a las generaciones futuras de mexicanos, para afrontar los desafíos que a ellos les tocará vivir.

Construyamos un sistema de salud eficaz, que garantice atención y medicinas suficientes para quien lo necesite, que prevenga más, que sea moderno, que llegue a todos los rincones de esta gran nación.

Construyamos un sistema de justicia que persiga los delitos y separe a los delincuentes del resto de la sociedad para evitar que sigan haciéndole daño, sin renunciar al esfuerzo por dignificar a la persona humana para lograr su reinserción cuando demuestre que ya no representa una amenaza, y que logre todo esto de manera expedita y sin distinciones.

Construyamos un país libre de corrupción, una enfermedad crónica de la sociedad, que se ha vuelto un lastre para el desarrollo y la justicia social.

Construyamos una nación vigorosa que tiene claro su destino, visionaria pero fuertemente enlazada con la realidad, con líderes sanos que muestran el camino y con una sociedad que suma sus talentos para alcanzar las metas.

Construyamos un sistema energético que satisfaga las necesidades de todos, pero sin comprometer el equilibrio de los ecosistemas que sostienen la vida de nuestro planeta.

Construyamos una casa en la que todos somos bienvenidos, en la que no hay excluidos, en la que no se distingue ni se divide a los hermanos.

¡Construyamos un nuevo y mejor México!