¿Qué está pasando con el espacio público en la periferia urbana?

Ene 31, 2023 | Artículos, Zona Urbana

Una oportunidad para pensar, valorar y actuar

 

Escasez de espacio público: un patrón repetitivo en el territorio

En los últimos años, el crecimiento de Mérida se ha dado, preferentemente, en su periferia urbana; específicamente, en las que fueron tierras ejidales de las comisarías. Estos acelerados procesos de urbanización tienen su expresión físico-espacial en desarrollos inmobiliarios de diferente naturaleza que transforman las dinámicas sociales y funcionales de los centros de población (comisarías y subcomisarías) y su característica ruralidad. Es más, el contraste entre los asentamientos humanos tradicionales y los modernos evidencia la inequidad en la habitabilidad. 

Entre muchas manifestaciones, la transformación contemporánea del hábitat peri-urbano tiene una característica y patrón repetitivo en nuestro territorio municipal: la escasez de espacio público. 

En ese contexto, el Instituto Municipal de Planeación de Mérida (IMPLAN) se ha interesado en conocer cuál es la situación de estas áreas periféricas, estudiar los procesos de urbanización en relación con el espacio público e identificar retos y oportunidades de intervención. El IMPLAN ha estudiado la situación en la zona norte del territorio municipal, en áreas donde el crecimiento urbano es más acelerado, tales como: Chablekal, Chichí Suárez, Cholul, Dzityá, Santa Gertrudis Copó y Sitpach. La metodología de trabajo incluye recolección de datos oficiales y de trabajos de investigación publicados, técnicas de observación apoyada por el uso de herramientas satelitales y digital, como los sistemas de información geográfica, y análisis de gabinete. A partir de lo anterior, ha sido posible generar una primera aproximación para caracterizar la relación entre urbanización y espacio público.

Datos duros del espacio público en Mérida

El municipio de Mérida cuenta con una superficie de 87,422 hectáreas (IMPLAN, 2022) y una población de 995,129 habitantes (INEGI, 2020). Su área urbanizada es de 28,805 hectáreas que se encuentra distribuida en 48 centros de población (la ciudad de Mérida, las comisarías y las subcomisarías); y en dicha superficie se han cuantificado 979 espacios públicos, sin embargo, únicamente 839 son espacios públicos efectivos (parques, áreas deportivas, áreas verdes y plazas de carácter permanente, IMPLAN, 2022) que suman 683 hectáreas de ocupación, representado el 2.37% del área urbanizada y equivalen a 6.86 m2/habitante.

Sin embargo, la distribución de espacios públicos no es equitativa en el territorio municipal. Al interior del anillo periférico de Mérida se ubican 628 espacios públicos que ocupan 509 hectáreas; mientras que al exterior se localizan 211 espacios públicos que suman 174 hectáreas. En el primer caso, 3.14% del área urbanizada corresponde a espacios públicos; en el segundo, sólo 1.38%. Esta situación evidencia la diferencia en la dotación de espacio público entre los modelos de urbanización urbanos y los peri-urbanos (ver Tabla 1). 

Tabla 1Tabla 1: Comparación en la disponibilidad de espacio público en Mérida. Fuente: IMPLAN 2022.

Para determinar la suficiencia de espacio público, existen diversos instrumentos de referencia, tanto internacionales como nacionales. En este caso, hemos decidido referirnos a la Ley de Desarrollos Inmobiliarios del Estado de Yucatán (2010) y al Reglamento de la citada Ley (2012); ahí se establece el porcentaje mínimo de suelo que debe destinarse a áreas verdes en desarrollos inmobiliarios habitacionales: 30% del área de destino, es decir, 3% del área total. Debemos señalar que dicha cifra es inferior a las recomendaciones internacionales; sin embargo, actualmente, es la norma local. Aun con ese parámetro, existe un déficit en la provisión de espacio público en el municipio de Mérida, ya que, al menos, debiera contar con 864 hectáreas. Es decir, faltan 181 hectáreas de espacio público efectivo en el área urbanizada actual.

El espacio público en las comisarías de Mérida

Esta situación es más evidente en las dinámicas de crecimiento de las comisarías ubicadas al norte de la ciudad de Mérida, por lo que, a partir de dos criterios, seleccionamos algunas de ellas para estudiar:

  • Comisarías vulnerables ante la presión del crecimiento urbano y la privatización de la tierra 
  • Comisarías dispersas amenazadas por la inminente urbanización (ver mapa 1)

Mapa 1

Mapa 1. Fuente: IMPLAN 2022.

Es importante, precisar que los datos calculados están en función del criterio espacial denominado: área total urbanizada; el cual podemos entender como el territorio ocupado por el asentamiento humano con redes de infraestructura, equipamientos y servicios, que forman un conglomerado demográfico con el conjunto de sus sistemas de convivencia, considerando los elementos naturales y obras materiales que lo integran; para este estudio se integra por dos elementos: el límite convencional temporal y el área de crecimiento sobre las tierras ejidales de cada centro de población. 

Podemos entender el límite convencional temporal de centros de población como una delimitación administrativa, en tanto no se realizan las declaratorias para el reconocimiento jurídico de dichos límites. La superficie a su interior conforma un polígono de actuación que permite focalizar las acciones específicas para el crecimiento, mejoramiento y conservación de los mismos. Por su parte, el área de crecimiento es entendida la zona de expansión de la urbanización de los asentamientos humanos en lo que fueron ejidos de cada comisaría con aumento de población e infraestructuras como resultado de cambios locales y globales del año 2012 al 2019.

La tabla 2 muestra los datos del área urbanizada de las comisarías estudiadas al 2019, y compara los siguientes criterios: el número de espacios públicos efectivos por comisaría, la superficie de ocupación y el porcentaje de disponibilidad por comisaría al 2022.

Tabla 2

Tabla 2: Comparación en la disponibilidad de espacio público en comisarías de Mérida

Lo que se puede observar en todos los casos, es que el índice de disponibilidad es muy bajo respecto al área total. El promedio general de disponibilidad de espacio público en los 6 casos estudiados es de 0.83%, muy por debajo del promedio municipal y de lo establecido por las normas locales.

Por lo tanto, podemos encontrar que existe: insuficiencia de espacio público en relación con el área urbanizada y reducción proporcional de área verde por habitante. En términos generales, las comisarías siguen teniendo la misma cantidad de espacio público que tuvieron el siglo pasado a pesar de haber incrementado significativamente el número de habitantes; y los desarrollos inmobiliarios habitacionales que se ubican en las antiguas tierras ejidales de las comisarías ofrecen, en su mayoría, espacios públicos dispersos ubicados en áreas residuales o bien espacios comunitarios destinados exclusivamente para los residentes de los mismos. Es decir, no hay dotación suficiente de espacio público efectivo para las comunidades.

A continuación, se presenta el ejemplo de dos comisarías Cholul y Dzityá (ver Mapa 2). En la sección (A) se visualiza el crecimiento urbano del 2012 al 2019 y la definición del límite convencional temporal; y en la sección (B) se puede observar la distribución, ubicación y ocupación territorial de los espacios públicos encontrados, así como el radio de influencia, según lo establecido como índice de caminabilidad en el Manual de Desarrollo Orientado al Transporte (2010) y en Ciudades más Seguras mediante el Diseño (2016).

Mapa 2

Mapa 2. Fuente: IMPLAN 2022.

En el caso de las comisarías estudiadas, el número total de espacios encontrados denominados “públicos” es de 41, clasificados en parques, áreas verdes o áreas deportivas. Hay que destacar que de todos ellos, 23 cumplen con los criterios establecidos por la NOM-SEDATU-001-2021 “Espacios Públicos en los Asentamientos Humanos” de ser: (a) áreas, espacios abiertos o predios de los asentamientos humanos destinados al uso, disfrute o aprovechamiento colectivo, (b) de acceso generalizado, y (c) libre tránsito; mientras que 18 podrían denominarse pseudo públicos o espacios colectivos privados, porque no acreditan alguna de las características antes mencionadas ya que se encuentran en conjuntos habitacionales de acceso restringido, conocidos como “privadas”. 

Reflexión

Si consideramos la multiplicidad de funciones que atiende el espacio público, veremos que no se trata sólo de una cuestión de cantidad o distribución de área abierta sino también de su calidad, ya que se espera que sean lugares que promuevan el encuentro social, el desarrollo de diferentes usos y actividades, los ambientes reguladores del clima y creadores del paisaje urbano, que sean articuladores de la estructura urbana, vinculen los usos de suelo circundantes y propicien actividades económicas, que cuenten con las condiciones adecuadas de accesibilidad y posean características de confort e imagen que fomenten la identidad y apropiación de quienes lo utilizan. Es decir, que sean espacios públicos completos (IMPLAN, 2018).

Su escasez, fragmentación y limitación de acceso desencadena consecuencias negativas en la periferia urbana; entre ellas:

  • Problemas de conectividad urbana y accesibilidad,
  • Déficit de infraestructura y equipamiento urbanos,
  • Reducción de referencias simbólicas y representativas de los asentamientos humanos,
  • Segregación y aislamiento, y
  • Privatización de espacios comunitarios.

Se puede deducir que el Municipio cuenta con una insuficiente disponibilidad de espacios públicos en las zonas urbanizadas de la periferia (en cantidad y calidad). Además, su desigual distribución y los problemas de accesibilidad pueden asociarse a los resultados de un crecimiento y una estructura urbana que ha ido acumulando predios por donación dispersos y de superficies mínimas, que abonan a un  déficit de servicios y equipamientos públicos, lo cual determina la necesidad de concretar proyectos que  promuevan y garanticen valorar y otorgar el derecho a la ciudad a los habitantes de estos centros de población a partir de la calidad y disponibilidad del espacio público.

¿Qué está pasando con el espacio público en la periferia urbana?

Conclusión y orientación de los esfuerzos

A partir de lo anterior, es pertinente continuar estudiando los cambios en las comisarías de la periferia urbana, donde estas dinámicas de transformación están ocurriendo; y a partir de los resultados, plantear líneas estratégicas que orienten la planeación sostenible y la transformación urbana, a fin de garantizar el derecho a la ciudad.

En ese sentido, resulta pertinente dirigir los esfuerzos para:

  • Evidenciar cómo las recientes transformaciones urbanas han disminuido la disponibilidad de espacio público en la periferia urbana. 
  • Estudiar y caracterizar las comisarías para identificar las necesidades de atención en materia de desarrollo urbano; específicamente, sobre la disponibilidad y calidad del espacio público. 
  • Señalar la urgencia y necesidad de contar con normas, procesos y políticas que garanticen la disponibilidad, calidad y valoración del espacio público como un eje rector de la prosperidad y sostenibilidad de los asentamientos humanos.

Por ello, es oportuno reconocer la forma en que se planifican y se valorizan los elementos que otorgan el derecho a la ciudad, para que las acciones gubernamentales regulen y dirijan las políticas públicas para garantizar asentamientos humanos sostenibles y humanos. 

El municipio de Mérida cuenta con 839 espacios públicos efectivos, lo que equivale a 6.86 m2/habitante. Faltan 181 hectáreas de espacio público efectivo en el área urbanizada actual.

 

Martha Alejandra y Erika Marilin