La entrevista con Leticia Torres Mesías
En estos momentos donde hablar de equidad, proyectar con perspectiva de género y cuotas de género es cada vez más frecuente, también ha avanzado la presencia de la mujer en las obras de construcción, donde participamos, no solamente en la elaboración del proyecto y en la supervisión arquitectónica, sino también como residentes de obra y superintendentes.
Como ejemplo de esto, platicamos con la arquitecta Katia Hernández, sobre su experiencia en diversas obras en Yucatán y en otras partes de la república.
El reto de estar en un ambiente predominado por hombres
Egresé de la Universidad Modelo en el año 2015, y de la maestría en Intervención del Patrimonio Edificado en este mismo año. Desde que me gradué de la licenciatura me interesó estar en las obras de construcción, quería entender las estructuras, los procesos, los acabados…
En un principio no dimensioné a lo que me enfrentaba, pero tenía claro que debía ofrecer mis capacidades para aprender todo lo que involucra estar en una obra, que definitivamente es un campo predominado por hombres. Sentí que crecer en este ámbito no iba a ser sencillo.
Con constancia, con atrevimiento de aceptar estar en obras como casas, naves, hoteles etc., llegó la experiencia y logré escalar. En este camino me ha sido grato trabajar con mujeres albañiles, supervisoras de cuadrillas o jefas en alguna especialidad, y he notado que nuestra presencia y nuestras opiniones son cada vez más escuchadas, más valoradas y respaldadas por los mismos ingenieros.
Estrategias para lograr el éxito en una obra
El puesto de supervisora, residente o gerente de obra llega a ser abrumador. Es un reto, y más cuando el equipo es prácticamente dominado por hombres. El día a día te va dando las pautas para la ejecución de la obra. En mis primeras obras fui auxiliar de ingenieros o arquitectos…aprendí muchísimo.
Muchas veces me cuestioné qué hacía ahí, pero fui terca, y hoy en día puedo entender con más facilidad una obra, desde lo construido hasta las personas. Sé con quién dirigirme, cómo opinar, dónde corregir y dónde felicitar, porque los trabajadores también necesitan ser reconocidos.
Son varias las estrategias que he adoptado: lo primero para mí siempre fue juntar a todos mis trabajadores, presentarme, asentar las reglas, los objetivos, identificar al cabo general, al encargado de albañiles, oficiales y ayudantes. Esto es muy importante para establecer una línea de comunicación clara con el equipo. Esta estrategia me ha creado lazos laborales muy buenos con mis trabajadores.
Cuando doy alguna indicación a los trabajadores me gusta preguntar ¿cómo lo podemos hacer mejor? Nosotros tenemos el título, pero ellos tienen la experiencia en la práctica, así que escucharlos me ha dado resultados.
También sirve leer los planos días antes y escribir dudas en una libreta, para luego preguntar a los especialistas. Es importante tener claro el objetivo del día, y un plan b para todo, porque la obra es cambiante y tenemos que estar preparados.
No ha sido sencillo, en ocasiones han sido subestimadas mis acciones y decisiones, no ha faltado el hombre que me ha insultado, pero la obra ha sacado de mí la tenacidad y la tolerancia para esperar el tiempo correcto y demostrar la razón de una decisión.
Hoy les digo a mis alumnas: atrévanse a estar en obra, es muy enriquecedor, respalden sus diseños arquitectónicos con procedimientos constructivos y verán lo satisfactorio que es. Sin duda, las mujeres estamos preparadas para estar en la obra y desenvolvernos con éxito.
«Hoy les digo a mis alumnas: atrévanse a estar en obra, es muy enriquecedor, respalden sus diseños arquitectónicos con procedimientos constructivos y verán lo satisfactorio que es. Sin duda, las mujeres estamos preparadas para estar en la obra y desenvolvernos con éxito».