Se ha considerado a la ejecución como un trabajo minucioso, que pudiera estar por debajo de las funciones de un líder. Sin embargo, puede decirse que es el trabajo más importante que este desarrolla, pues implica cumplir con las acciones que se le han encargado a él y a su equipo.
La ejecución es la acción y efecto de ejecutar, es la realización de una acción que requiere una habilidad especial para llevarse a cabo, por ejemplo para pintar en óleo se requiere de habilidades artísticas, desarrollarlas y ejecutarlas a la hora de realizar el cuadro.
Por otro lado, cuando se trata de una obra musical o escénica, la ejecución se refiere al acto de interpretar o representar dicha pieza artística: “la interpretación de Mozart estuvo magnífica” (Covey, S. et al. 2013).
Del mismo modo, cuando hablamos de un trabajo o de un proceso, podemos referirnos a la ejecución cuando vemos que algo realizado es impecable, por ejemplo, decir: el proceso de ensamble de los motores de las camionetas es impecable.
Asimismo, también existe la expresión “poner en ejecución” que quiere decir ‘ejecutar’ o ‘llevar a la práctica’ (Covey, S. et al. 2013).
Cuatro disciplinas de la ejecución
Cuando realizamos las acciones que nos han encargado, estamos hablando de ejecución. En “The four disciplines of execution”, Sean Covey, Chris McChesney, Jim Huling y José Miralles proponen cuatro disciplinas para ejecutar:
- Enfocarse en lo crucialmente importante.
Sean Covey afirma que “la ejecución comienza con el enfoque (focus)”. Hay que enfocarse en dos o tres objetivos realmente importantes, que sean muy claros para todos (Covey, S. et al. 2013).
Es importante que siempre tengamos a la vista a dónde queremos llegar y trabajar en eso día a día, anotar los pendientes y déjalos visibles para consultarlos siempre.
- Actuar con mediciones predictivas que conducen, y no retrasadas; es decir, que simplemente nos dicen lo que pasó.
Covey pone de ejemplo el reto de bajar de peso indicando que, pesarse en la báscula, constituye una medición retrasada ya que determina lo que ya sucedió, sin la oportunidad de modificar el resultado. Mientras que si se plantea como meta disminuir la cantidad de calorías por ingerir y hacer ejercicio, esto último nos permitirá caminar hacia el logro de la meta planteada. Lo que resalta la importancia de establecer objetivos que estén bajo nuestro control.
- Generar y mantener un tablero de control convincente.
Seguramente hemos leído que el comportamiento de las personas resulta diferente cuando se les mide el resultado. Esto no significa que tengamos soldados trabajando en nuestro equipo, sino personas comprometidas con su propio desempeño. Los mejores resultados provienen de personas comprometidas, las cuales se comprometen aún más cuando se miden sus resultados, considerando que lo que no se mide no se puede evaluar.
- Establecer una cadencia de rendición de cuentas.
Aquí se resalta la importancia de crear y mantener un ritmo de reuniones regulares y frecuentes, las cuales se hacen con el objetivo de dar seguimiento a la ejecución de actividades y estrategias. Estas reuniones, según refiere Covey, no deben de tardar más de 20 a 30 minutos, ya que en este tiempo los miembros del equipo se responsabilizan mutuamente de producir resultados, a pesar de sus actividades diarias; es fundamental que los miembros del equipo se comprometan asumiendo sus responsabilidades ante los demás integrantes.
Las reuniones periódicas permiten exponer los avances de cada integrante del equipo, a fin de que aquel que vaya atrasado pueda retomar sus acciones mimetizando la actitud de los demás. Las reuniones periódicas permiten exponer las mediciones, así como las oportunidades de mejora.
Finalmente, es importante incluir la retroalimentación como parte de las reuniones, tanto de los propios miembros del equipo, como de agentes externos al mismo.
Iniciar en estas cuatro disciplinas no es lo más importante, lo que es vital es aplicarlas y darle el seguimiento constante para lograr los objetivos de la organización, sin dejar de que la operación diaria de la misma se imponga.
«Los mejores resultados provienen de personas comprometidas, las cuales se comprometen aún más cuando se miden sus resultados, considerando que lo que no se mide no se puede evaluar».
Bibliografía: Sean Covey, Chris McChesney, Jim Huling y José Gabriel Miralles. “The four disciplines of execution”, Estados Unidos, Free Press, 2012 (en español editorial España, Conecta, 2013).
Por:
Emma Guadalupe Mendoza Cervera
Cecilia Eugenia Rihani Castilla
Luis Alberto García Domínguez