En la ciudad acontecen diversos hechos, algunos de los cuales perduran en el tiempo o bien contribuyen a su transformación. La teoría urbana de Aldo Rossi permite abordar su análisis bajo tres principios básicos: la continuidad en el tiempo, en el espacio, y la constitución de los hechos urbanos. Los principios teóricos abordados por Rossi: morfotipología, permanencias, memoria colectiva, tensión y locus.
Con el análisis de la memoria colectiva, se puede abordar el hecho urbano de cualquier asentamiento humano, cómo se da el uso, ocupación y transformación del espacio libre, cómo las personas viven, cuáles son sus hábitos, costumbres, en dónde se localiza la arquitectura efímera, en fin, cómo se vive el espacio.
Esta visión permite registrar las particularidades motivadas por la colectividad, y cómo éstas ocupan o se manifiestan en un espacio urbano. Lo que pareciera tan obvio deja de serlo cuando se aplica a la observación de lo natural una metodología que explica el hecho urbano.
La memoria colectiva en lo urbano
Maurice Halbwachs dejó plasmados los principios sobre la teoría que demuestra lo qué es un objeto de estudio válido para la sociología, aunque puede aplicarse de manera interdisciplinaria. Desde la teoría urbana, y en palabras de Rossi, lo que forma parte de la unidad y continuidad de la ciudad se expresa de manera puntual en aquellos elementos que están de forma constante en el tiempo, tales como las imágenes formales arquitectónicas; pero también en cómo vivimos y ocupamos el espacio en el tiempo.
A diferencia de otras teorías, en la teoría urbana la memoria colectiva es parte de la comprensión de las transformaciones. Es vista, no solo a partir de los cambios, sino de las permanencias y su contribución a la memoria colectiva. Utilizar el espacio en las manifestaciones religiosas es un referente inmediato de ello, pero también se expresa a través de elementos urbanos que son testimonio del pasado y realidad actual.
El identificar los elementos que permanecen constantes en el tiempo no resulta una tarea fácil ni cotidiana de abordar en los asuntos urbanos, enfocada a la extensión o contención de la forma de la ciudad, a sus aspectos cuantitativos más que cualitativos. Observamos en diferentes territorios de Zacatecas, ritos y mitos que permanecen a lo largo del tiempo, respuesta de la memoria colectiva, y estos ritos y mitos tienen una connotación y expresión espacial.
Expresiones de la memoria en el espacio urbano
Cuando se aplica la metodología de análisis urbano a hechos concretos, encontramos que perduran en el tiempo celebraciones religiosas. Un ejemplo es la Semana Santa que, por mucho, tiene una representación en el espacio que revive la narrativa original, como si estuviese narrándose en tiempos actuales. Los hechos cívicos también tienen esta forma de representación en el monumento y en la vía pública.
En Zacatecas, existe una representación de más de cien años, la fecha de su desenvolvimiento es alrededor de la celebración de San Juan Bautista, patrono de la cofradía y que, en varios días de representación, retoman hechos históricos de las cruzadas en donde sale avante el triunfo de los cristianos. Existe un sitio conocido como Bracho, bordeado por una serie de cerros, en donde se encuentra el sitio fundacional de la ciudad de Zacatecas, en las márgenes del arroyo de La Plata (una de las permanencias más notorias del lugar). Este sitio se ocupa con campamentos, unos fijos y otros efímeros, así como con la representación de un castillo alrededor del cual se da la confrontación entre moros y cristianos, vestidos de épocas diversas. Pero esa no es la esencia, sino su trascendencia.
El recuerdo, entonces, es una construcción social hecha por los cofrades y por los individuos de cómo se recuerda en colectividad, tan arraigado que han pasado generaciones apropiándose de ese recuerdo y de su forma de ocupar el espacio urbano. Cada generación le da un resignificado.
Otro de los estudios de caso es en Mazapil, Zacatecas, sitio en donde se registró la utilización del monumento como principal punto de desarrollo de la actividad y, a partir del cual, gira el resto del uso del espacio público durante la semana santa. El uso del espacio tiene una de sus mayores expresiones en el templo, en el atrio, la cancha, la plaza principal, las calles aledañas, el río y el cerro. En cada uno de estos sitios cobran el lugar de representación de acontecimientos pasados, pero que se representan en un presente continuo dando uso al espacio urbano actual y convirtiéndolo en representativo. Es un ritual de reforzamiento de dogmas religiosos.
Hay otros usos representativos del espacio público asociados a la memoria colectiva, como la fiesta del hijo ausente en un estado como Zacatecas, que es eminentemente migrante, es la memoria viva de este extenso grupo social. La fiesta del día de muertos en todo el país el 2 de noviembre, los altares y visitas a los cementerios. Parte de la memoria colectiva es el rito que se ofrece a los muertos y que ha perdurado por largo tiempo. Otras formas de usar la vía pública asociado frecuentemente a asentamientos humanos de menor tamaño, es la extensión de celebraciones como bautizos, bodas, fiestas de XV años e, incluso, velorios que usan la vía pública para celebrar una fiesta privada y hacer su recorrido.
Conclusión
Con los estudios de caso referidos se pueden aplicar ambas teorías, la de Rossi sobre la ciudad, y la de Halbwachs, de la memoria. Dentro de la propuesta de Rossi, la arquitectura no se limita a la identificación de obras arquitectónicas excepcionales que corresponden a una época, estilo, autor y cultura, sino que todas las arquitecturas construyen la ciudad y, por ello, invita a buscar otros elementos no selectivos que, en apariencia, no encajan en la construcción coherente de la arquitectura del pasado.
De la arquitectura, le interesa su construcción a lo largo de las generaciones, cómo se recogen las formas de las arquitecturas del pasado, cómo se transmiten entre generaciones, resultado todo ello de la memoria colectiva como una forma diferente de entender la relación de la arquitectura con la historia.
Hay otros usos representativos del espacio público asociados a la memoria colectiva, como la fiesta del día de muertos en todo el país el 2 de noviembre, los altares y visitas a los cementerios. Parte de la memoria colectiva es el rito que se ofrece a los muertos y que ha perdurado por largo tiempo.
Responsable de la sección: Sofía Flores Morales.