La entrevista con Leticia Torres Mesías a Lorena Anaya
“Somos un espacio holístico que ayuda a las personas a encontrarse, brindando un lugar donde puedan recorrer su propio camino hacia el autoconocimiento y la paz interior”.
Una voz en mi interior me decía: ¡siembra!
A través de mis sueños, una voz en mi interior me decía que era importante soltar un poco la rutina y el deber ser, las preocupaciones y el estrés, para adentrarme en mi autoconocimiento. Esta voz también me susurraba: siembra, siembra.
Sin mucha idea de lo que era tener un huerto, tuve la fortuna de que la vida me llevara al centro holístico Kiin Be. Ana Luisa, la guardiana de este maravilloso espacio, me invita y me muestra el centro holístico.
Ahí, a un costado del temazcal, me muestra un espacio de tierra con hierba algo crecida. Entonces le pregunto: «¿y esto?, ¿qué es, Anita?», y me responde: «Es un huerto, pero lo tengo deshabilitado, es mucho trabajo y no puedo hacerlo sola.»
Recordé nuevamente las voces en mis sueños: «siembra, siembra, siembra…»
Inmediatamente contacté a una vecina, reconocida en las redes por su conocimiento sobre huertos urbanos, que estaba en busca de algún espacio para trabajar… así comenzó Kiin Be y su concepto huerto terapia.
La alegría por sembrar se contagia: nace “El Club de la Siembra”
Le propuse a Ana que diéramos el primer curso que se llamó, “Tu Huerto en Casa, mi jardín comestible» con Elisa Hortaliza. Así comencé a adentrarme en las maravillas de la naturaleza. Aún no tenía idea de cuál era el objetivo del huerto, pero teníamos un espacio donde podríamos hacer el taller y lograr mi encomienda de sembrar.
Comenzamos con un grupo de 5 hermosas mujeres y, aun terminado el taller, la alegría y felicidad de trabajar en un huerto persistió. Entonces iniciamos «El Club de Siembra», que es todos los miércoles a las 7:00 am.
Los retos de mantener un huerto vivo
El huerto, hasta entonces en pausa, pronto se convirtió en un huerto vivo. Sembramos tomatitos cherry, acelgas, kale, cilantro, rábano, chayote, pepinos, cúrcuma; teníamos una variedad increíble.
De pronto, la cosa comenzó a salirse de control… llegaron las plagas. Para rematar, en Mérida, en los meses de mayo y en este año, sufrimos de un calor que jamás había sentido. Las plantitas lo resintieron, pese a que las regábamos dos veces al día. Se fue perdiendo el ánimo; ahí es cuando te encuentras con el verdadero reto: ¿y ahora qué voy a hacer con este maravilloso huerto?
Sembrar para sanar el corazón
Trabajar con la tierra, sembrar, remover y quitar hierba mala, aporcar cada plantita, preparar composta, usar el azadón, pala y pico… esta actividad estaba generando más que solamente sembrar y cosechar; esto iba más profundo. Me estaba auto descubriendo y, sin darme cuenta, estaban sanando mi corazón, reintegrándome a tener un motivo de vida.
Ante esto, nace mi entusiasmo y mis ganas de invitar a personas a que puedan hacer esta pausa y contactar con la belleza de la naturaleza. Así como deshierbas, también deshierbas un poco las cosas de la mente y comienzas a tener una visión diferente sobre las cosas que te preocupan. Cada uno de nosotros somos cocreadores de nuestra propia realidad, pero cuando estamos cargados de emociones e ideas limitantes no somos capaces de ver y ser testigos de esta maravillosa vida… Esto se logra cuando hacemos una pausa, nos damos el chance de observar, de respirar y de agradecer.
El objetivo del huerto: sensibilizar y hacer conciencia
Queremos sensibilizar a las personas que vivimos en este estado, en este país, en este planeta, para que aprendamos a tener respeto por los alimentos que llegan a nuestra mesa.
Resulta increíble el tiempo que tardan en crecer los alimentos, como para que nosotros dejemos que se echen a perder y los tiremos a la basura, incluso sin separarlos. No somos conscientes de la importancia de separar nuestra basura, para así permitir que se aproveche para hacer composta o para reciclar.
Si logramos que las personas que visiten el huerto Kiin Be se lleven un poquito de conciencia, y decidan hacer diferente al menos un 1% las cosas en sus hogares, entonces misión cumplida.
Como en todo gran proyecto, se necesitan manos
El proyecto continúa y se necesitan manos para darle mantenimiento al espacio. Son bien recibidas las propuestas para que desarrollemos trabajo de sensibilización, con los estudiantes, por ejemplo, y estamos agradecidos de recibir apoyos económicos o en especie, como utensilios o semillas; así como personal que nos ayude con el riego, la limpieza y el mantenimiento.
Toda la ayuda es muy bienvenida y agradecida.
WhatsApp Lorena Anaya: (656) 190 7704
Instagram: @Lorena_anaya
Instagram: @Kiinbe