Diversidad Cultural: retos y oportunidades

El desarrollo es positivo, pero hay que planearlo y encauzarlo adecuadamente para que no provoque más problemas que beneficios, y lo mismo sucede con la diversidad cultural. 

El Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo —instaurado por primera vez en el año 2002 por las Naciones Unidas, y conmemorado el 21 de mayo—, es un buen pretexto para girar nuestra atención a un tema tan relevante como lo es la riqueza cultural, pero, especialmente, para reflexionar sobre estrategias, acciones y políticas que permitan una convivencia pacífica entre culturas distintas que conviven en un mismo espacio.

 

Diversidad Cultural: retos y oportunidades

Tres cuartas partes de los mayores conflictos tienen una dimensión cultural

La propia ONU informa que cerca del 75% de los conflictos de grandes proporciones en el mundo tienen su origen en factores culturales. No es de extrañarse, pues es algo que vemos también a pequeña escala en nuestras propias ciudades y comunidades.

La cultura es un instrumento transformador, tanto a nivel social como a nivel urbano y económico. La cultura no es un lujo, sino una necesidad humana esencial y un poderoso motor de desarrollo para las ciudades, las regiones e incluso los países. A nivel urbano genera identidad —a través de las costumbres y tradiciones—, sentido de orgullo y de pertenencia, permite desarrollar comunidad, fortalecer el tejido social y contribuir a la paz.

La diversidad cultural produce riqueza, nuevas expresiones, creatividad, innovación… pero también puede derivar en conflictos si no sabemos propiciar esta interacción a través del diálogo, o de la implementación de normas adecuadas para la convivencia.

 

Diversidad Cultural: retos y oportunidades

Yucatán y la Diversidad Cultural

Yucatán, y especialmente Mérida, ha crecido de manera muy acelerada en la última década, tanto en extensión territorial como en población. Muchas veces hemos analizado en este espacio las consecuencias de este crecimiento sin adecuada planeación y con expansión urbana descontrolada —la cual genera problemas de movilidad, encarecimiento de los servicios y un aumento de inseguridad—. Sin embargo, pocas veces se ha tocado otro de los problemas ineludibles que conlleva crecer tan rápido: el choque cultural.

Con la llegada de migrantes —tanto nacionales como extranjeros—, es inevitable que las diferentes tradiciones, culturas y formas de vivir y habitar la ciudad se encuentren. Desde idiomas hasta escalas de valores distintos, el hecho de que diferentes personas provenientes de distintas culturas convivan en un mismo espacio genera interacciones que pueden traducirse en una mayor riqueza cultural… o en conflictos sociales, legales y urbanos.

Este fenómeno lo vemos claramente en el Centro Histórico de Mérida, donde la llegada de migrantes —en su mayoría extranjeros—, ha acelerado el desarrollo económico de la zona con la apertura de negocios, galerías, restaurantes, cafés… pero también se ha revelado las pocas —y a veces inexistentes— estrategias de integración cultural entre dichos migrantes y los habitantes de la zona.

 

Diversidad Cultural: retos y oportunidades

 

En consecuencia, ante la falta de medidas puntuales y de planeación efectiva que fomenten el diálogo y la convivencia, más que una diversidad cultural que se integra y se enriquece, en ciertas zonas, lo que tenemos son fenómenos cuyos nombres cada día se escuchan con más frecuencia en Mérida: segregación, gentrificación, turistificación, e incluso xenofobia.

 

Diversidad Cultural: retos y oportunidades

 

De ahí la importancia de abordar la diversidad cultural con seriedad y responsabilidad. Se trata de procesos complejos que pueden generar grandes beneficios tanto económicos como culturales, pero que también crean tensiones sociales si no se gestionan adecuadamente.

David Montañez Rufino
Maestro en Diseño, Gestión y Dirección de Proyectos. Fundador y director general de la plataforma urbana M50.

direccion@metropolimid.com.mx