¿Qué es un entorno inseguro?
Menciona Oscar Pyszczek (2007) que “la percepción implícita de la inseguridad se construye sobre la base de realidades y experiencias pero también, y de forma relevante, a partir de sensaciones y representaciones sobre lo que se considera peligroso”. En otras palabras, las experiencias personales y los conocimientos previos sobre ciertas situaciones pueden influenciar en la utilidad de un espacio. Ante una percepción de seguridad será más fácil transitar, estar y, en general, disfrutar de la experiencia sensorial de un espacio, sea cual sea nuestro canal receptor.
Por el contrario, cuando el espacio presenta ciertas condiciones o características que el ser humano percibe como potencialmente peligrosas, éste no se disfrutará, el espacio se volverá un impedimento para el desarrollo óptimo de cualquier actividad, incluso pudiendo condicionar de estrés y malestar a aquellos que se ven obligados a transitar o estar en él.
Pensemos entonces en aquellas personas para las cuales esta condición –la inseguridad espacial– es el común denominador en su vida al momento de salir de casa, aquellas personas que antes de poder acceder –o siquiera iniciar– el traslado, tienen que pensar las posibles situaciones a las que se enfrentarán para cumplir su cometido. Nos referimos a las personas con alguna discapacidad.
La accesibilidad La accesibilidad como concepto integral, definen Pérez y Gardey (2009), “se utiliza para nombrar al grado o nivel en el que cualquier ser humano, más allá de su condición física o de sus facultades cognitivas, puede usar una cosa, disfrutar de un servicio o hacer uso de una infraestructura”, haciendo conciencia de que este derecho humano implica contar con los instrumentos que faciliten el uso de los espacios, que los vuelvan seguros, que eliminen las posibles barreras visibles (físicas) e invisibles (sociales y cognitivas).
Es así como una rampa, una señalética en braille, o el contar con personal calificado para atender a personas con necesidades cognitivas específicas, no es un valor agregado: es el diferenciador que hará dicho espacio seguro y apto para su uso. Lamentablemente, pocos espacios son conceptualizados, en su diseño y manejo, para ser accesibles. En general, las ciudades son un cúmulo de espacios inseguros para las personas con discapacidad y, por ende, segregacionistas y discriminatorias.
La discapacidad cognitiva
Diferentes discapacidades requieren diferentes formas de inclusión. En específico, la problemática se agrava cuando hablamos de inclusión cognitiva, ya que para Latinoamérica es de las menos atendidas en las áreas del diseño e instrumentación y eso que la población para la cual es indispensable va en aumento año con año. Según el INEGI (2020), para México en 2020 el 16.5% (20 millones 838 mil 108 personas) de la población presenta alguna discapacidad y, de ese universo, el 0.6% (723,770 personas) tienen discapacidad mental, mientras que otro 5% (179 mil 890) son personas con necesidades cognitivas específicas. Esto debe de poner en una nueva perspectiva la manera en que diseñamos los espacios y las estrategias que decidimos utilizar para hacerlos accesibles.
¿Cómo diseñar recorridos accesibles?
Existe mucha bibliografía al respecto de cómo diseñar espacios para hacerlos accesibles para personas con discapacidad cognitiva. En esta ocasión exploraremos una serie de estrategias para el abordaje de recorridos accesibles, tomando como punto de partida la propuesta metodológica de la arquitecta Berta Brusilovsky, et al, en su libro “Guía para la formación en accesibilidad cognitiva” (asiento registral 16/2105/3448) en 2015.
Los recorridos, sean al interior de un edificio o a través de la ciudad para llegar a cierto destino, pueden ser perfectamente evaluados y diseñados para su accesibilidad cognitiva, si tomamos en cuenta los siguientes puntos:
1. Identificación de los recorridos. Observa y analiza las sendas y transeptos más frecuentes para todas las personas en el espacio. Registra lo observado e identifica:
a. Efectos laberinto. Espacios complejos difíciles de entender, con muchos elementos y señales poco claras o saturadas.
b. Obstáculos. Barreras que encontramos en los recorridos que hacen más difícil la transición y uso del espacio. Pueden referir a dimensiones, materiales, dimensionamiento, entre otros.
c. Referencias. Elementos que comunican instrucciones o ideas, de esto es importante identificar sus características, ubicaciones y posiciones.
d. Marcas en el camino. Posibles señales que nos indican pautas en los recorridos.
e. Objetos y formas. Hitos dentro de los recorridos que pueden ser referencias.
f. Encrucijada. Puntos de conexiones múltiples con poca instrucción.
g. Centros. Puntos de reunión, sirven como potenciales orientadores
2. Rediseña y modifica. Cada elemento debe ser identificado dentro del recorrido y sujeto a remodelación o reorientación, habrán ocasiones en las que se requiere un cambio absoluto y en otras solo una nueva manera de comunicar la información.
3. Simplifica. El diseño de los recorridos debe de posibilitar la construcción de una imagen mental clara y secuencial.
4. Refiere. Las referencias orientan los recorridos, pueden ser elementos o formas características dentro de los mismos. Éstos deben abordarse desde múltiples canales de comunicación.
5. Libra las barreras de la comunicación. Los elementos, señaléticas o imágenes referenciales deben ser simples y completas, librando posibles barreras como el idioma o la visualización.
6. Integra las líneas guía, marcadores y puntos de reunión. Estas indicaciones sirven como referente común y son indispensables para situaciones de emergencia. Pueden estar en diversos lugares como son el suelo, las paredes o el techo, siempre y cuando se visibilicen con claridad.
Los espacios y recorridos accesibles son un primer paso de toda la cadena de accesibilidad del entorno. Si bien en esta ocasión solo abordamos los recorridos, podemos tomarlo como un punto de partida para futuros trabajos y exploraciones.
Recordemos que lo mejor que podemos hacer por una persona con discapacidad, es brindarles un espacio seguro que garantice su autonomía.
Referencias:
Brusilovsky, Bertha (2015) “Guía para la formación en accesibilidad cognitiva” (asiento registral 16/2105/3448).
INEGI 2020, Censo 2020, recuperado de: https:// dis-capacidad.com/2021/01/30/censo-2020-16-5-de-la-poblacion-en-mexico-son-personas-con-discapacidad/
Pyszczek, Oscar (2007) “La Percepción Espacial de la Inseguridad Urbana. Percepción del Riesgo y construcción Social del Miedo, en la Ciudad de Resistencia. República Argentina.” CONICET Argentina.
Pérez Julián y Gardey. Ana. (2009). Actualizado: 2012. Definicion.de: Definición de accesibilidad (https://definicion.de/accesibilidad/)
Strang, María (2011) “Las personas con discapacidad en América Latina”, CEPAL, Santiago de Chile.
CIUDAD MODELO
Por Mtro. Enrique Martínez Arredondo Palma. Arquitecto, Maestro en Intervención Sustentable del Patrimonio Edificado, Fundador de ATK despacho de diseño.
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