En sus más de 3 años de existencia, el Sistema Metropolitano de Movilidad Amable y Sostenible Va y Ven ha elevado el estatus del transporte público de la Zona Metropolitana de Mérida. Reemplazó la antigua y fragmentada red de autobuses con una flota de vehículos modernos, climatizados y provistos de rampas y áreas para personas con discapacidad, haciendo los viajes más confortables y accesibles. No es casual que 8 de cada 10 personas encuestadas en un estudio publicado por MetrópoliMid (2025) (1) hayan manifestado una mejora en la experiencia de viajes.
Desde la perspectiva del prestador de servicio, el Sistema Va y Ven no fue tan sólo una mera modernización de la flota (como en SITUR), sino más bien un cambio estructural en el modelo de negocio. Se pasó de un esquema de competencia anárquica a un sistema centralizado y —en teoría— más planificado, al estar dotado de múltiples innovaciones tecnológicas como las tarjetas de prepago, el uso de tecnología GPS y sistemas de monitoreo de flota en tiempo real. Para ello, se llevó a cabo una reconfiguración del marco jurídico, institucional y operativo del servicio de transporte público, algo sin precedentes en nuestra entidad, a tal punto de considerarse como un referente nacional por parte de instituciones como el ITDP México y la SEDATU (SEDATU & GIZ, 2024) (2).
Durante los primeros tres años del Sistema Va y Ven, a cargo de la pasada administración estatal (2018-2024), fuimos testigos de la fase de implementación de rutas, la creación de instituciones (la Agencia de Transporte), así como de la construcción e inauguración de infraestructura (carriles IETRAM) y equipamiento para el transporte (CETRAM), mas no llegamos a ver lo que estaba pasando tras bambalinas. Con todas las innovaciones en materia tecnológica, jurídica e institucional, se asumió que la fase operación y mantenimiento se daría en condiciones de eficiencia, profesionalismo y calidad.
Para septiembre de 2024 la Agencia de Transporte de Yucatán (ATY) aseguraba que el promedio de pasajeros diarios en la Zona Metropolitana de Mérida había pasado de 380 mil en el año 2021, a más de 500 mil usuarios diarios hasta ese momento (Pasajero7, 2024) (3), lo que parecía reflejar una recuperación del aforo de pasajeros a niveles previos a la pandemia por COVID-19. Sin embargo, esta expectativa optimista no duraría por mucho tiempo.
Para diciembre de 2024, poco antes del cambio de directiva de la Agencia, empezaron a relucir en los medios los primeros tropiezos graves en la operación del Sistema, como el polémico cambio de las tarjetas de prepago en el que se reportaron transferencias de dinero no reconocidas a las nuevas tarjetas, disminución de saldos sin previo uso y lectores que no detectaban los nuevos plásticos.
Pero fueron 4 meses después, en una comparecencia el 30 de abril de 2025 ante el Congreso del Estado, que el nuevo titular de la ATY denunció que el Sistema Va y Ven era financieramente insostenible, al proyectar un déficit de casi 1,860 millones de pesos para el año 2025.
De este modo, se ponía fin a una etapa de introducción y expansión masiva para dar paso a una etapa de crisis, la cual será abordada en la siguiente edición.
Fuentes consultadas:
(1) Montañez et al. (2025). El Transporte Público en Mérida: Perspectiva Ciudadana. MetrópoliMid. https://metropolimid.com.mx/form-estudios/el-transporte-publico-en-merida-perspectiva-ciudadana/
(2) SEDATU & GIZ (2024). La digitalización del transporte público en las ciudades mexicanas. Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano. Deutsche Gesellschaft fur Internationale Zusammenarbeit.
(3) Pasajero7 (2024, 23 septiembre). Va y Ven transportó a más de medio millón de personas en sus primero tres años. Pasajero7. https://www.pasajero7.com/va-ven-transporto-a-medio-millon-personas-en-sus-primero-tres-anos/
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