Mérida es una ciudad que se ha consolidado como polo de servicios, con una alta valoración de calidad de vida y con niveles de seguridad muy por arriba de la media mexicana. Aunado a estos factores, en las últimas dos décadas esta ciudad ha enfrentado diversos desafíos derivados de la globalización, así como de los modelos políticos, económicos y sociales del neoliberalismo, teniendo como expresión primigenia la expansión territorial a pasos agigantados.
Como cualquier otra ciudad central dentro de una zona metropolitana de servicios y turismo, Mérida responde a las demandas y desafíos que le impone la aglomeración urbana; lo que ha posibilitado el desarrollo de la inversión privada dentro del municipio, mismo que ha impulsado el crecimiento del tejido urbano hacia la periferia de la ciudad consolidada y su integración con diversas comisarías de la ciudad.
Imagen 01. Iracheta et.al. (2012). Estructura Urbana Metropolitana de la ciudad de Mérida. MÉRIDA METROPOLITANA Propuesta integral de desarrollo
Esta expansión se manifiesta dentro del área de aglomeración urbana, principalmente en la zona norte de la ciudad, con áreas como la denominada “triángulo dorado” y con fraccionamientos como el de Las Américas, Los Héroes, la comisaría de Dzityá, por mencionar algunos. Este crecimiento urbano se ha fortalecido por la proliferación de equipamiento privado que busca satisfacer la demanda comercial, de salud y educación, mientras que la inversión pública se ha destinado al mejoramiento de infraestructura principalmente vial, en un intento por atender el incalculable aumento del aforo vehicular de los últimos años.
Mérida y la Gentrificación
Para poder entender los cambios que ha presentado la ciudad en relación con su crecimiento, es necesario entender la gentrificación. La gentrificación es un fenómeno que puede observarse en la urbe, y que se manifiesta a través de la intervención de zonas existentes, las cuales tienen un proceso de renovación a través de una inversión de capital privado, dirigido a un sector socioeconómico alto, y que presenta como una de sus principales características la segregación socio espacial, lo que origina desplazamientos de los habitantes originarios de la zona e impacta en el costo, uso, servicios (demanda-costo) del suelo.
Imagen 02. Ayuntamiento de Mérida 2021-2024. IMPLAN-Panorama de la Vivienda en Mérida
En el caso de Mérida y sus comisarías, esta gentrificación se ha generado primordialmente por desarrollos inmobiliarios residenciales que han surgido en un tiempo muy corto y, si bien su inicio puede considerarse como “esporádico”, en la actualidad el crecimiento es exponencial. Estos asentamientos actualmente se consolidan en las comisarías de la ciudad, en el que han detectado un área de oportunidad de inversión, al tiempo que se han realizado renovaciones urbanas en el uso de suelo, infraestructura, equipamiento, vivienda, espacios públicos entre otros. Pero ¿estas renovaciones urbanas pueden afectar las zonas periurbanas de la ciudad?, y si esto es así, ¿aportan cambios positivos a la estructura socioespacial de los espacios públicos? ¿Cómo impactan en el uso del suelo a priori o a posteriori?
Impacto de las renovaciones urbanas en la periferia de la ciudad
Si bien las renovaciones urbanas —ya fueran de intervención, transformación, rehabilitación o renovación—, se realizan con el propósito de generar un cambio positivo en el tejido urbano arquitectónico, también pueden generar efectos negativos, sobre todo en los ámbitos sociales, culturales, políticos y económicos de la zona intervenida.
Así, las renovaciones a través de las inversiones, públicas o privadas, generan un impacto gentrificador. En el caso particular de las comisarías, las propuestas realizadas se enfocan a niveles socioeconómicos altos, lo que, aunado a la mala planeación urbana, ha propiciado la segregación, haciendo que la habitabilidad no sea asequible, pues se vuelve “exclusiva”.
«Si bien las renovaciones urbanas —ya fueran de intervención, transformación, rehabilitación o renovación—, se realizan con el propósito de generar un cambio positivo en el tejido urbano arquitectónico, también pueden generar efectos negativos, sobre todo en los ámbitos sociales, culturales, políticos y económicos de la zona intervenida».
Gentrificación en los asentamientos periurbanos de Mérida
La gentrificación en los asentamientos periurbanos de Mérida se puede manifestar de diferentes formas. Se identifican las siguientes manifestaciones de la gentrificación:
-En su integración física, o falta de, a partir de elementos discriminatorios, en el que la “seguridad” dentro de una ciudad “segura” justifica la privatización y a su vez genera otra perspectiva de costumbres y cultura entre los nuevos habitantes con respecto a los existentes.
-La segregación urbana o socioespacial, en donde los usos de áreas públicas están marcados por horarios y temporalidades entre sectores socioeconómicos, la creación de equipamientos urbanos, como hospitales, los cuales son particulares y de poco alcance para las personas que habitan en la zona.
-La incongruencia del desarrollo de áreas laborales y la falta de infraestructura de movilidad para acceder a dichas áreas.
Reflexiones iniciales
No siempre las renovaciones generan cambios positivos, ya que ocasionan carencias y detonan un deterioro en la infraestructura urbana en donde se ven problemas de movilidad, carencia de espacio público (vialidades, banquetas, áreas de recreación) debido principalmente a su expansión dentro del territorio de la ciudad, generando un gran desafío para el municipio.
Imagen 03. Por Esto. Darío Rubén. https://www.poresto.net/yucatan/2023/11/27/ultimatum-vecinos-del-norte-de-merida-recurriran-la-justicia-para-frenar-obras-en-la-zona-prime-410490.html marzo2024
Estas renovaciones urbanas han generado diversos impactos: han incrementado la especulación de la tierra, generado problemas de movilidad en las principales arterias de conexión con la ciudad, originado desplazamiento de las personas originarias de la zona, incrementan el valor de los servicios básicos, impactan en el aumento de las rentas, generan segregación socioespacial en el espacio público e influyen en las costumbres o tradiciones de las zonas, por mencionar solo algunos.
La gentrificación que se está viviendo actualmente en las comisarías y otros entornos periurbanos a Mérida, debe de ser empleada críticamente como una visión de futuro y como herramienta para la comprensión del devenir de la ciudad y de su posible transformación. Si lo que se desea es vivir en justicia y equidad, se debe de tomar esta experiencia como herramienta para el desarrollo integral de los entornos, evitando así la segregación, la exclusividad y el desplazamiento.
Las renovaciones urbanas en las comisarías representan un gran potencial para el desarrollo económico de la zona y de la ciudad, sin embargo, dichas intervenciones impactan también en el uso de suelo. Es necesario generar una visión hacia el “mañana” deseado y hacerlo posible, planeando los asentamientos humanos con miras al desarrollo sostenible y a la procuración de la justicia espacial, mediante la participación de los involucrados —sobre todo la comunidad original—, y no privilegiar intereses privados, para garantizar el buen del desarrollo y poder superar las carencias urbanas que estos asentamientos originan.
«La gentrificación que se está viviendo actualmente en las comisarías y otros entornos periurbanos a Mérida, debe de ser empleada críticamente como una visión de futuro y como herramienta para la comprensión del devenir de la ciudad y de su posible transformación».