La delimitación de lo científico

Mar 7, 2025 | Artículos, Zona Urbana

Dilucidar la delimitación del conocimiento científico ha sido uno de los temas más controvertidos en el campo de la epistemología, en donde incluso los filósofos de la ciencia más trascendentes del siglo pasado han expuesto sus posturas en torno al problema. Para este encuentro con lo que puede obtenerse a partir de la ciencia, es necesario esbozar su definición, en lo que la Real Academia Española (2024) contribuye, afirmando que se trata del “conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales”. Esta es solo una de muchas definiciones existentes, que inevitablemente llevan a partir de la distinción de lo que es ciencia y lo que no.

Sobre este tenor, algunos campos del conocimiento como los que encuadran a la biología, la física y las matemáticas, con base en sus contribuciones para la comprensión de la naturaleza y del universo, han reclamado su estatus de ciencia, el cual por derecho fundacional señalan merecer, argumentando su ortodoxa metodología y la búsqueda de leyes generales, ante cualquier atisbo de duda con relación a su privilegiada postura soberana en el reino de la generación del conocimiento. Privilegio que ha ido en detrimento del reconocimiento que aquellos campos del conocimiento con una postura más laxa han tenido en el marco de la comunidad científica.

Disciplinas como la psicología y la educación, en tanto ocupadas del comportamiento y el aprendizaje humano, parecerían no alcanzar los atributos necesarios para acomodarse en el imperio de las ciencias, sin embargo, la complejidad de su objeto de estudio les revisten de una intrincada esencia diferenciada que parecen otorgarles un velo de duda con relación a las posibilidades de encontrar sus propias leyes universales y el impacto que pudieran tener en el desarrollo humano. 

 

La delimitación de lo científico

 

Esta complejidad, conforme a un marco referencial nebuloso que cobija a las disciplinas enmarcadas en las humanidades, les provee de una amplia diversidad de posibilidades de encuadres epistemológicos que les permiten explicar fenómenos particulares, cuya esencia no puede generalizarse dadas sus peculiares y singulares características.

Es posible esbozar que, en materia científica, el gran reto estriba en desarrollar el corpus teórico y metodológico de las humanidades, sin embargo, este pudiera ser un desatinado esfuerzo, toda vez que la aparente necesidad de considerarse ciencias va en contra de su naturaleza, o dicho de otro modo, la complejidad de sus objetos de estudio no permiten su encuadre en un concepto rígido de la ciencia, bajo el cual no parecen encajar.  

Por su parte, las ciencias enraizadas en lo social desatan una discusión parecida al intentar desmarcarse de las humanidades, aduciendo su necesaria generalización y la profundidad de sus hallazgos teorizantes que han permitido explicar el comportamiento de la colectividad a lo largo de su historia, con base en un enfoque pluriparadigmático bajo el cual se justifican, utilizando en muchos casos la cualificación como alternativa metodológica. 

La delimitación de lo científico

Las ciencias sociales, si bien clasificadas en el ranking de la nobleza científica, parecen acudir tarde a su integración, con un gran recelo por considerárseles de menor rigor, con dificultad para medir sus resultados de manera objetiva, impacto menos evidente y en general, un paso atrás en el esquema de la generación de conocimiento.   

Esta discusión bizantina pudiera superarse si se amplía el marco epistemológico de lo científico, considerando a las disciplinas que utilicen rigurosamente elementos avalados por la añeja comunidad científica, sin importar el objeto de estudio, lo cual ha sido parte de la respuesta que algunos filósofos de la ciencia han expuesto en su intento reconciliador de las disciplinas científicas.  

De cualquier forma, es cuestionable afirmar que, por esa falta de ortodoxia y la imposibilidad, hasta ahora, de establecer sus propias leyes universales, le restrinjan el estatus de ciencia a las disciplinas cuya complejidad en su objeto de estudio ha impedido su incorporación al grupo selecto de los campos científicos. 

Determinar lo qué es científico y lo que no lo es, va más allá de ajustarse a una definición. Implica asumir una postura en torno a la naturaleza del objeto de estudio y sus métodos de aproximación. Parece ser necesario revalorar las consideraciones teóricas que las humanidades y las ciencias sociales han desarrollado en su fundamentación y asignarles el reconocimiento que por derecho propio han obtenido tras su incesante labor en pro del descubrimiento y comprensión de la naturaleza humana.

La delimitación de lo científico

Referencias

«REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, 23.ª ed., [versión 23.7 en línea]. <https://dle.rae.es> [30 de octubre de 2024]».

Dr. Luis Alberto García Domínguez
Licenciado en Derecho con especialidad en docencia; Maestro en Desarrollo Organizacional, en Desarrollo Regional y en Neuropsicología Clínica; Doctor en Desarrollo Regional. Adscrito a la Escuela de Negocios de la Universidad Modelo.

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