Gentrificación y segregación: una realidad en el Centro Histórico de Mérida

El proceso de urbanización turística se caracteriza(1) por una recalificación del espacio público que se deriva de las prácticas turísticas, en el que la centralidad está definida por y para los visitantes y ya no tanto para los residentes; por una diversificación de la población en el que conviven y coinciden antiguos residentes, nuevos residentes y turistas; y por el modo de habitar el espacio, que se basa en el ocio, el consumo y el recreo. 

Se trata de una concepción instrumental en la que el espacio se asume como una mercancía en una suerte de “urbanización funcionalista”, que termina por segregar las actividades y también a la población. Es una dinámica que, como vamos a observar, ha tenido como resultado una serie de transformaciones socioespaciales, sobre todo en la parte norte del Centro Histórico de Mérida.    

 

Gentrificación y segregación: una realidad en el Centro Histórico de Mérida

Gentrificación del Centro Histórico de Mérida

El Centro Histórico de Mérida es uno de los más grandes de México y se destaca por su heterogeneidad, pues cuenta con espacios incluyentes, pluriclasistas y plurifuncionales. Es un espacio que siempre ha estado segmentado en lo residencial, en lo comercial y, actualmente, también en lo turístico. Desde hace dos décadas se encuentra en medio de un proceso de renovación urbana en el que convergen intereses de sectores sociales diversos. 

Por un lado, tenemos al sector público, cuyo objetivo es generar beneficios mediante la protección y conservación del patrimonio cultural de la ciudad, lo que permite generar dividendos económicos para el sector turismo. Para lograr este objetivo, el gobierno de Yucatán ha destinado cuantiosos recursos públicos en infraestructura, que a su vez han fomentado nuevas inversiones en la zona. Desde la primera década del siglo XXI tuvo lugar una serie de políticas encaminadas a la diversificación turística, comenzando con la revitalización y embellecimiento del otrora abandonado y terciarizado Centro Histórico, para convertir este espacio en un producto turístico. Todo esto ha estado acompañado de una fuerte campaña mediática para proyectar el estado, y específicamente Mérida y su Centro Histórico, como lugares ideales para visitar e incluso residir. Se puede observar cómo Mérida ha generado en las últimas décadas su propia “marca urbana”, en donde la cultura resulta su principal atractivo.

Por otro lado, tenemos al sector privado, en el que se encuentran aquellos empresarios cuyo fin principal es el lucro mediante la capacidad de gasto de los turistas. También hay que sumar a un sector inmobiliario y de la construcción cada vez más involucrado en las compras y renovaciones de inmuebles en la zona. El remozamiento, reocupación y reclasificación de inmuebles ha traído aparejado el alza del valor y la transformación de los usos del suelo, ahora más orientados a ofrecer una amplia gama de bienes y servicios relativos al ocio, recreo y esparcimiento del turismo. 

Todo esto ha implicado transformaciones socioespaciales que se relacionan con la urbanización turística y que, al mismo tiempo, ha dado lugar a un incipiente proceso de gentrificación que ha contribuido a una lenta elitización en el Centro Histórico, que apunta a la reocupación y reembellecimiento de espacios que estaban deteriorados y abandonados. 

 

Gentrificación y segregación: una realidad en el Centro Histórico de Mérida

 

En la parte norte del Centro Histórico se evidencia, hoy en día, una oferta comercial antes no conocida, que incluye la aparición de tiendas de artesanías de autor, de restaurantes de diversa índole, muchos de ellos llamados “gourmet” (sofisticados en su menú y en su mobiliario, además de caros); el embellecimiento de algunos parques, ahora dotados de nuevo mobiliario y alumbrado, entre otras adecuaciones; la apertura de galerías de arte, la inauguración de un buen número de hoteles, sobre todo los que se denominan “boutique”; y la consolidación de la “vivienda turística” que ofrece alternativas de alojamiento en diferentes plataformas como la de Airbnb.

«Todo esto ha implicado transformaciones socioespaciales que se relacionan con la urbanización turística y que, al mismo tiempo, ha dado lugar a un incipiente proceso de gentrificación que ha contribuido a una lenta elitización en el Centro Histórico, que apunta a la reocupación y reembellecimiento de espacios que estaban deteriorados y abandonados».

 

Gentrificación y segregación: una realidad en el Centro Histórico de Mérida

Diversificación y encuentros de dos culturas: extranjeros y residentes

Las transformaciones recientes en el centro histórico trajeron como consecuencia la diversificación de la población en una clara mezcla social, en la que circulan turistas, antiguos residentes y una incipiente, pero vistosa, migración de extranjeros, la mayoría de ellos jubilados. Si bien en un principio la llegada de estos nuevos residentes extranjeros a Mérida fue un tanto “espontánea”, con el tiempo esta se fue convirtiendo en un fenómeno impulsado a través de una política pública que, entre sus principales objetivos, tenía el de atraer este tipo de migración. Su progresiva llegada, instalación y presencia en la zona sí ha resultado bastante evidente y le ha dado un nuevo aspecto, pues desde hace poco más de una década, la parte norte del centro histórico ha recuperado su vocación como un espacio de vivienda, ahí donde estos extranjeros han comprado viejas casonas y las han remodelado para vivir en ellas de forma temporal o permanente.

Hoy en día se puede observar cómo ciertas partes de la zona norte del Centro Histórico se han cargado de nuevos significados, los nuevos residentes extranjeros establecen nuevas formas, como las físico-arquitectónicas en las que destacan la modernidad y los acabados de lujo en sus casas y que manifiestan sus propias maneras físicas y simbólicas de habitar el espacio, impregnando sus gustos tales como puertas y ventanas de maderas tropicales protegidas con cristales, farolitas, macetas, buzones y herrería de hierro forjado. La escena ofrece hoy en día calles embellecidas, más limpias, y mejor iluminadas. 

Ya no es posible pensar en la zona norte del Centro Histórico sin tener en cuenta a sus residentes extranjeros en tanto que renovadores, reproducen en su nuevo lugar de residencia las disposiciones y los gustos para ciertas actividades cotidianas que de alguna manera han ido modelando y delineando, no solo la apariencia de las calles como ya se dijo, sino un nuevo modo de habitar el espacio, que se relaciona con el ocio, el recreo y el consumo de productos y servicios diversificados y muchas veces sofisticados, que van de acuerdo con su clase social y con su estilo de vida. Es un proceso de apropiación del espacio que genera un sentimiento de identificación con el lugar y de posesión, no solo material sino también simbólica, en la que los nuevos residentes identifican el entorno, son identificados por el entorno y se identifican con el entorno.

Es preciso, sin embargo, no perder de vista que todas estas transformaciones se combinan todavía con ciertas continuidades de los antiguos residentes yucatecos que aún viven en el área, algunos de ellos en casas bastante deterioradas que contrastan fuertemente con las de sus vecinos extranjeros.

La población residente en el área norte del Centro Histórico está dividida, ya que en el mismo espacio conviven, además de los turistas que van y vienen, residentes extranjeros y yucatecos que se distinguen tanto por la apariencia en sus rasgos físicos y su forma de vestir, como por el idioma y por la manera en la que desarrollan su vida cotidiana con estilos de vida y gustos completamente diferentes

Sin lugar a duda, las diferencias en la clase social y en los capitales simbólicos constituyen una gran barrera. Es decir, la distancia social y las diferentes prácticas de consumo no solo se advierten en el poder adquisitivo entre antiguos y nuevos residentes, sino también en el gusto. Así pues, la llegada de los extranjeros ha provocado la aparición en el área de toda una oferta de productos y servicios destinados a un público con un poder adquisitivo más alto que la media de los antiguos residentes yucatecos. 

La presencia de extranjeros en la zona conlleva varios matices en la manera en que lo experimentan los antiguos residentes yucatecos, pues están los que perciben aspectos positivos como la limpieza y las calles embellecidas con casas remodeladas, mientras que otros comienzan a sentirse una minoría desplazada o tienen una percepción negativa, porque los extranjeros cambian el ambiente, ya que tienen una mentalidad diferente de quienes vivían ahí antes de su llegada. 

Finalmente, hay otro aspecto importante para reflexionar: la propiedad del patrimonio edificado del Centro Histórico las casas y casonas, además de haberse encarecido en los últimos años… también han ido cambiando de manos.

«La población residente en el área norte del Centro Histórico está dividida, ya que en el mismo espacio conviven, además de los turistas que van y vienen, residentes extranjeros y yucatecos que se distinguen tanto por la apariencia en sus rasgos físicos y su forma de vestir, como por el idioma y por la manera en la que desarrollan su vida cotidiana con estilos de vida y gustos completamente diferentes».

Gentrificación y segregación: una realidad en el Centro Histórico de Mérida

«La presencia de extranjeros en la zona conlleva varios matices en la manera en que lo experimentan los antiguos residentes yucatecos, pues están los que perciben aspectos positivos como la limpieza y las calles embellecidas con casas remodeladas, mientras que otros comienzan a sentirse una minoría desplazada o tienen una percepción negativa, porque los extranjeros cambian el ambiente, ya que tienen una mentalidad diferente de quienes vivían ahí antes de su llegada».

(1)Según Stock y Lucas, 2012.

 

Bibliografía

Bourdieu, Pierre. (1979). La distinction: Critique sociale du jugement, Francia, Les Éditions de Minuit.

Croucher, Sheila (2009). The Other Side of the Fence. American Migrants in México, Austin, University of Texas Press.

De la Calle Vaquero, M., Mínguez García, C., & García Hernández, M. (2023). The touristification of urban spaces: measurement proposal. Boletín De La Asociación De Geógrafos Españoles, (99). https://doi.org/10.21138/bage.3459 

Dewailly, J. M., & Amirou, R. (2005). Mise en tourisme et touristification. Tourisme et souci de l’autre, 29-34.

Fernández de Betoño, Unai. 2015. “Arte y gentrificación. La cultura como supuesto motor de la renovación urbana”. En Arquitectura, patrimonio y ciudad, edición de Miguel Ángel Chaves Martín, 155-160. Madrid: Universidad Complutense de Madrid. Consultado el 15 de enero de 2019. doi: 10.13140/RG.2.1.1244.9124.

Stock, Mathis y Léopold Lucas. 2012. “La double révolution urbaine du tourisme”. Espaces et Sociétés, núm. 101: 15-30. Consultado el 11 de abril de 2019. https://www.cairn.info/revue-espaces-et-societes-2012-3-page-15.htm

Dra. Claudia Dávila Valdés
Profesora-Investigadora UADY-CIR-UCS