La vivienda y el espacio público son dos de los principales elementos que conforman una ciudad. Planificar como siempre lo hemos hecho ya no es una opción viable. “El desarrollo urbano ofrece una oportunidad sin precedentes para avanzar en el desarrollo global sostenible mediante la creación de ciudades sostenibles, habitables y dinámicas” (OCDE, Bloomberg Philanthropies, 2014).
El Derecho a la ciudad nos indica como un principio de política pública el buscar “garantizar a todas y todos los habitantes de un asentamiento humano o centro de población, el acceso a la vivienda, infraestructura, equipamiento y servicios básicos”, donde podemos considerar que espacio público es justamente la infraestructura, el equipamiento y los servicios básicos. En palabras más sencillas y menos técnicas: espacio público es todo aquello que sucede al salir de tu propiedad privada.
De este Derecho a la ciudad, podemos aterrizar en el Derecho a la vivienda. Pero “aquí está el detalle” como decía nuestro recordado Cantinflas. ¿Cuáles son las características mínimas que debería de tener esa vivienda a la que tenemos derecho? Son seis según nos indica ONU Hábitat:
Ahora pasemos a unos generales sobre el espacio público. Una de las definiciones con las que más me identifico es una propuesta por ONU hábitat, en su división Global Public Space Toolkit: From Global Principles to Local Policies and Practice que nos dice textualmente: “Lugar donde las personas realizan de manera colaborativa o individual actividades de comercio, tránsito, recreación, juego o cultura. Cualquier persona tiene derecho a entrar y permanecer en él sin ser excluido por condición personal, social o económica.
SEDATU en su Manual de Calles, Diseño Vial para Ciudades Mexicanas, manual cuya lectura les recomiendo consultar y que fue co-elaborado con el BID, nos dice: “son los elementos estructurales destinados para el uso y disfrute colectivo, son el lugar de encuentro por excelencia: lugares para expresar pensamientos políticos, solucionar tensiones sociales, intercambiar bienes, encontrarse con amigos, disfrutar del buen clima, etc.”
La manera más sencilla de pensar toda la dimensión que implica el espacio público es considerar que es todo lo que está al salir de una propiedad privada; esto es: aceras, vialidades, pasajes, paseos, alamedas, plazas en los barrios, más todo el equipamiento, mismo que está dividido en 12 subsistemas que relaciono a continuación y que están establecidos de manera muy clara y completas en la Normas de Dotación de Equipamiento de SEDESOL: Educación, Cultura, Salud, Asistencia social, Comercio, Abasto, Comunicaciones, Transporte, Recreación, Deporte, Administración pública y Servicios urbanos. A su vez, estos 12 subsistemas se pueden desglosar en elementos quedando “un árbol” de equipamiento muy amplio.
Como podemos ver, el espectro del espacio público es muy amplio. Las normas mencionadas indican las distancias máximas a las que deberíamos de poder encontrar los diferentes subsistemas de equipamiento, indicadas en metros o en minutos de caminata. La dotación adecuada de los servicios y equipamientos están en relación directa a la calidad de vida de los habitantes, ya que en esos espacios es donde se desarrollan social, económica y culturalmente.
Con este contexto planteado, te invito a hacer una reflexión:
¿Tu vivienda cumple con esas seis características que para la ONU Habitat son las mínimas que debería de cumplir cualquier vivienda?
Si consideramos que en los espacios públicos es donde realizamos las actividades complementarias a las de habitación y trabajo, y que las multicitadas normas nos indican los radios de servicio urbano recomendable para cada uno de los elementos que conforman los 12 subsistemas relacionados anteriormente, las preguntas serían:
¿Existe un parque de barrio o algún parque con juegos infantiles a menos de 700 metros del lugar donde se ubica tu vivienda?, ¿existe algún módulo deportivo a menos de un desplazamiento de 15 minutos caminando de tu vivienda a dicho módulo?, ¿existe algún centro de salud a menos de 1,000 metros de tu vivienda?, ¿existe algún jardín de niños a 1,500 metros máximo de distancia del lugar donde vives?
Así podríamos ir haciendo preguntas de cada una de las cédulas que conforman los 12 subsistemas.
Te invito a hacer esas reflexiones sobre nuestras viviendas y espacios públicos.
Leticia Torres Mesías Estrada
Arquitecta por la Universidad Autónoma de Yucatán. Maestra en Administración Pública por la Universidad del Valle de México.
Es especialista en Planeación Estratégica Urbana y en Ciudades Seguras por el Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano de Barcelona (CIDEU). Docente en la escuela de Arquitectura de la Universidad Modelo y Productora del programa del podcast de radio «Habitar y +».
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