Colombia desde otra óptica

Entrevista al Mtro David Montañez Rufino

 

En esta ocasión, la plática será con mi apreciado y admirado socio: David Montañez Rufino, quien tuvo la oportunidad de estar un mes antes que yo en Colombia. 

Desde su óptica de abogado, de amante de los temas urbanos y de turista, David nos platica sobre su experiencia en Medellín y Bogotá. 

Platícanos sobre tu viaje, en específico sobre los dos temas que más te llamaron la atención: la tecnología y la movilidad urbana integrada. 

Si bien se trató de una rápida visita en plan turista, hay dos aspectos puntuales que me sorprendieron gratamente de Colombia, al menos de las dos ciudades que tuve la oportunidad de visitar: Bogotá y Medellín.

Colombia desde otra óptica

La apuesta por la tecnología

Aquí estamos hablando, especialmente, de Medellín. Se trata de una ciudad que le ha apostado fuerte a la tecnología, y eso es algo que se pudo percibir en los distintos lugares que visitamos. Todo tiene conexión Wifi, empezando por el aeropuerto. Y no se trata de una conexión inestable donde a duras penas puedes enviar un correo electrónico, si no de una verdadera conexión de banda ancha.

Preguntando un poco a empleados y taxistas, nos comentaron que la tecnología ha sido una apuesta fuerte en Medellín, donde el gobierno entrega apoyos para realizar estudios desde casa, utilizando tecnologías para fortalecer el sector productivo, e invirtiendo en educación y empleos relacionados con las tecnologías de la información.

Medellín se ha fijado la meta de convertirse en la capital de la industria tecnológica de América Latina, promulgando leyes para el acceso libre a recursos digitales, desarrollando el sector de software y servicios TIC de la mano con la iniciativa privada, y generando miles de empleos relacionados con este sector. 

Colombia desde otra óptica

Movilidad urbana integrada

Un factor común en ambas ciudades que tuvimos la oportunidad de visitar, es que es palpable la existencia de una estrategia integral de movilidad. En un mismo día, en ocasiones en un mismo viaje, utilizas un tren, un camión articulado… ¡y hasta un teleférico! al que denominan metrocable.

No se trata de un recorrido turístico, sino que son verdaderos modos de movilidad urbana, donde las autoridades han sabido conectar los diversos puntos de la ciudad, haciendo frente a una difícil geografía plagada de montañas. Vamos, ¡hasta atravesamos una montaña por medio de 7 Km de túnel! ¿Se imaginan lo que una buena planeación y estrategia de movilidad podría hacer en una ciudad plana como Mérida?

Pero lo verdaderamente satisfactorio, fue ver el gran número de peatones y ciclistas en las calles. Más allá de que caminar en Colombia es un deleito por su clima escandalosamente rayando en lo perfecto, la infraestructura para estos modos de viaje recibe una prioridad que es evidente en la ciudad, y que continúa expandiéndose, pues vimos un gran número de calles que están siendo intervenidas para ampliar itinerarios peatonales, para generar más corredores híbridos (ciclista-peatón) y, en general, para consolidar una red de infraestructura y equipamiento que gira en torno al peatón. También, continúan con la construcción y ampliación del sistema de metro en Bogotá.

Colombia desde otra óptica

Un par de temas extra

Como bonus, señalaremos un par más de cosas buenas, y otro par de cosas negativas, que pudimos ver en la ciudad.

Lo bueno: verde, mucho verde. Es verdad que el clima ayuda mucho en este aspecto, pero hay un claro respeto por las áreas verdes y los espacios públicos en Colombia, que incluso se han utilizado como estrategia para combatir la inseguridad y la delincuencia. Otro aspecto positivo, ciudades pet friendly. Es sorprendente el gran número de personas que recorren las calles, desayunan, se toman un café –un tinto– y realizan su vida diaria en compañía de sus perros. Los parques, centros comerciales, negocios y espacios públicos tienen toda la infraestructura adecuada para esto.

Lo malo: la deteriorada imagen urbana de Bogotá, debido al grafiti vandálico en edificios y monumentos públicos. Otro aspecto negativo, la casi reverencia que se tiene por figuras del narcotráfico, como Pablo Escobar. Por todos lados se encuentran referencias a su nombre, souvenirs y productos de él, y a más de dos residentes escuchamos referirse con gran respeto a él –¿admiración?–, llamándolo varias veces “Don” Pablo.

Muchas gracias David. Tengo que confesar que a mí, en lo personal, los grafitis me encantan, aunque por supuesto coincido contigo, no en edificios y monumentos públicos.

Leticia Torres Mesías Estrada
Arquitecta por la Universidad Autónoma de Yucatán. Maestra en Administración Pública por la Universidad del Valle de México. Es especialista en Planeación Estratégica Urbana y en Ciudades Seguras por el Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano de Barcelona (CIDEU). Docente en la escuela de Arquitectura de la Universidad Modelo y Cofundadora de Habitar y más.

ltorresmesias@gmail.com