«La arquitectura trata realmente sobre el bienestar. Creo que la gente quiere sentirse bien en un espacio… Por un lado, se trata de refugio, pero también se trata de placer».
– Zaha Hadid, arquitecta galardonada.
La salud mental
La salud mental es un estado de bienestar en distintas áreas: la psicológica, la emocional y la social. Así es, nuestro entorno y relaciones tienen un gran impacto en nosotros. La salud mental nos permite desarrollar habilidades para la vida, utilizar nuestros recursos personales para afrontar los retos y altibajos de la vida, y así desarrollar la resiliencia para continuar y resignificar esos obstáculos, regresando a la cotidianeidad.
No es sorpresa para nadie que el fenómeno compartido de la “pandemia” afectó el estilo y ritmo de nuestras vidas y, para muchos, la manera en la que sentimos, vemos y afrontamos la vida. Sin duda fue una época delicada para todas las personas. Sorprendentemente —nótese el sarcasmo en esta frase—, los estudiantes ¡también son personas!, y su carga y estrés se vieron exacerbadas por diversas situaciones que movían y desajustaban su bienestar emocional, como lo fue el regresar a clases después de un periodo extenso de cuarentena, con duelos personales, cambios en la rutina y falta de contacto social.
Notando la gran afluencia de alumnado en busca de apoyo en el departamento de Servicios de Apoyo y Formación Integral de la Escuela de Arquitectura, así como de las necesidades compartidas entre ellos, en agosto del 2022 se abrió el departamento de orientación psicológica, como un primer contacto para desarrollar herramientas y recursos personales para aplicar en el día a día, con el objetivo de promover los hábitos de cuidado de la salud mental y bienestar emocional, tanto para alumnado como para los docentes y miembros de la comunidad educativa.
¿Bienestar social o mentir para convivir?
Es importante recordar que las sociedades, tanto a pequeña como a gran escala, son sistemas intercomunicados, y que los elementos de dicho sistema están en constante retroalimentación, tanto de manera eficiente como “perjudicial.” Consideremos lo siguiente: si un elemento en el sistema varía, también modificará el resto del sistema; si algo en ti y en tu manera de comunicarte cambia, tu forma de relacionarte cambia, tus tipos de relaciones cambian. Se trata de una teoría sencilla, pero a la vez profunda y compleja.
Yace ahí la importancia del trabajo personal y grupal, que es parte de lo que realizamos en el departamento, donde estamos en contacto constante con los equipos de trabajo.
Así como tomamos una pausa para atender y cuidar de nuestro cuerpo al tener migrañas, dolor de estómago o una fractura, así también es fundamental tener espacios de cuidado personal cuando sentimos ansiedad, inquietud constante, angustia, miedos y frustraciones.
¿Cuándo es necesario recibir apoyo?
Pensémoslo de este modo, uno no espera a que llueva para impermeabilizar la casa, ¿cierto?, lo mismo pasa con la mente. Lo ideal es no esperar a sentirnos desbordados y sin la capacidad de continuar nuestro día a día, para buscar apoyo.
Por otro lado, si hay algún tema que nos cueste dejar de pensar y está dando vueltas por nuestra mente; si tus propios medios no son suficientes para resolver cierta situación; si te sientes diferente y no logras llevar tu rutina diaria con “normalidad”; o si tienes estados de ánimo cambiantes, o por lo contrario, más o menos permanentes con un sentimiento que te genere preocupación… podría ser un buen momento para recibir acompañamiento psicológico y explorar qué es lo que pasa y de qué manera se puede trabajar, con el fin de encontrar el espacio y las herramientas para sobrellevarlo.
A veces por miedos, por nervios del “qué dirán”, por tabúes que incluso nosotros mismos nos atribuimos, dejamos de lado la importancia del trabajo personal. Al final, somos nosotros quienes cargamos con las consecuencias. Es importante poner en una balanza cuánto estamos dispuestos a trabajar con nosotros mismos y cuánto esfuerzo más nos tomará el dejarnos de lado.
¿Realmente es justo y necesario?
Como mencionamos, la salud mental engloba factores como el bienestar emocional, psicológico y social. Así como tomamos una pausa para atender y cuidar de nuestro cuerpo al tener migrañas, dolor de estómago o una fractura, así también es fundamental tener espacios de cuidado personal cuando sentimos ansiedad, inquietud constante, angustia, miedos y frustraciones.
Me gusta mucho la frase “el cuerpo grita lo que la boca calla”. Lo que no decimos, lo que cerramos y no volvemos a abrir, se verá tarde o temprano reflejado en nuestro ser, incluso con síntomas físicos. Con la mente analizamos, tomamos decisiones, actuamos. Por lo que, si quiero cuidar de mí, es importante darme mantenimiento constante para conducirme en esta vida de una manera sana y consciente.
Recuerda, la salud mental también se construye.
Me gusta mucho la frase “el cuerpo grita lo que la boca calla”. Lo que no decimos, lo que cerramos y no volvemos a abrir, se verá tarde o temprano reflejado en nuestro ser, incluso con síntomas físicos.
