En Latinoamérica tenemos el desafío de encontrar un nuevo modelo de desarrollo que invierta el sistema lineal actual, en donde se toman los recursos, se transforman y desechan, para pensar en este concepto de circularidad y generar una mirada sistémica de lo urbano. Tenemos que reconocer que los recursos son finitos, que hay que procesarlos de manera más eficiente y, con el desecho generado, buscar alternativas de recuperación. Las ciudades tienen la capacidad de innovación, recursos, conocimiento, y diversidad cultural, entonces, debemos encontrar formas de aprovechar eso para generar un nuevo modelo más sostenible.
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En las ciudades, siempre hemos abordado los problemas y desafíos de manera aislada; resolvemos solo temas de vivienda, de contaminación, o de salud. Entender que la ciudad funciona de manera articulada en todas sus aristas y temáticas, nos permite buscar soluciones integrales. Si trabajo el tema de vivienda, tengo que ver el tema del espacio público, la comunidad, entre otros aspectos, para poder trabajar las interrelaciones. Esto se construye con una mirada multisectorial, sentando juntos al sector privado, académico, y a la sociedad civil. Eso nos hace más eficientes, y es ahí donde están los beneficios económicos, ambientales y sobre todo los sociales.
«Tenemos que reconocer que los recursos son finitos, que hay que procesarlos de manera más eficiente y, con el desecho generado, buscar alternativas de recuperación».
