Este artículo es el cuarto en una serie de interesantes pláticas que he tenido con mi querida amiga María José Roche Cano, en las cuales reflexionamos en torno al color y sus efectos en nosotros. Siguiendo el camino iniciado con los textos anteriores en los cuales hablamos de los colores azul, amarillo y rojo, les invitamos a leer esta intervención, que en esta ocasión, abordaremos el color blanco.
El blanco y la pureza
El blanco se nos presenta sereno, nos remite al concepto de pureza. Esta idea nos lleva a conectar otros dos significados importantes: el de integridad, y el de limpieza. La energía del color blanco canaliza las energías discordantes. Es el color que armoniza la consciencia, es decir, la lucidez mental y la percepción clara de lo que nos rodea. Al contener todos los colores, se le considera como el color de la energía que nos mantiene sanos. Retomando la integridad, nos queda claro que es una idea que proviene de entender que el blanco es la conjunción de los tres colores primarios. Por lo tanto, éste es sinónimo de: Principio, Palabra y Obra o Emoción, los cuales determinan todo acto humano.
Para entender mejor lo anterior, recordemos los colores ya tratados:
azul: principio
amarillo: palabra
rojo: obra / emoción
Cuando los principios, las palabras y las obras están armónicos en el ser humano, entonces se está en camino de lograr una creatividad total y genuina. Es por ello que lo blanco se asocia a lo creativo. Los aportes a la creatividad que cada uno de los colores primarios dan, son:
- Con el azul activamos la voluntad.
- Con el amarillo aportamos la palabra justa y sabia que nos provee, además, el orden.
- Con el rojo apelamos a lo emotivo y buenos sentimientos.
El blanco y la armonía
Blanco y creatividad van de la mano. Cuando logramos estar más abiertos a la creatividad, nos volvemos propensos a comprender los cambios, porque ser creativos no sólo es aportar algo nuevo, sino aceptar y confiar en que lo que se transforma nos da sentido y vida.
Sabemos que el conflicto es parte del ser humano y su movimiento, sin embargo, cuando se tiene consciencia de nuestras acciones en los tres colores primarios (en lo que estos representan), sabremos encontrar mejores salidas y transformar cualquier caos en armonía. Serenos y armónicos, daremos entrada a toda acción con esencia creativa.
El blanco agiliza la comprensión de la belleza cuando observamos de forma atenta y completa. Es decir, si los tres colores primarios, con sus facultades y fuerzas energéticas, son bien comprendidos, propiciamos la pureza. Con la creatividad bien llevada, nuestros pensamientos se aclaran. Es como si a diario limpiásemos el cristal de nuestra percepción, obteniendo nitidez en las percepciones y respuestas.
