¿Qué está pasando con la Industria Eléctrica?

 

“La mejor manera de predecir el futuro es creándolo.” Esta frase la escuché esta semana durante un curso de capacitación de una de las mejores marcas de inversores fotovoltaicos, la austriaca Fronius. La empresa nos enseñaba que la manera de trabajar y de servir a sus clientes a través de sus productos está alineada a una filosofía de liderazgo e innovación, con la cual hacen referencia en esta frase. 

Llega un momento en nuestras vidas en el que nos damos cuenta de que el futuro ya no es para nosotros, sino para la generación que viene, la más valiosa, de la cual ya no formamos parte, pero por la cual trabajamos arduamente para construir y entregarles un futuro mejor que el que en su momento tuvimos nosotros.

En estos momentos, nuestro país está viviendo un punto clave en el cual se va a definir la creación o destrucción del maravilloso futuro por el cual trabajamos y que queremos entregar a la nueva generación: todo tiene que ver con energía y, en consecuencia, con el medio ambiente. 

Por eso, es importante comprender qué está pasando. No es necesario ser científico o experto en energía, porque voy a intentar contártelo de manera sencilla, para que puedas comprender el panorama actual y exigir el futuro que quieres. 

Como introducción, la famosa reforma energética. Consistió en reformar 12 leyes de la constitución y de crear 9 leyes completamente nuevas, entre ellas la Ley de la Industria Eléctrica (LIE). Esta Ley está actualmente bajo amenaza, pues el ejecutivo federal presentó una propuesta al Congreso para modificarla, y éste convocó a un parlamento para escuchar opiniones al respecto. Lo peor del caso es que, al parecer, se aprobó en el parlamento, y se pasará a votación para aprobarla de manera definitiva.

Básicamente, la reforma energética establece, en cuanto a la industria eléctrica, que ésta operará como un libre mercado en la que cualquiera puede competir para generar energía a un precio más barato, lo que beneficia al usuario final, pero también se establece que únicamente nuestro país, a través de la CFE, podrá operar la infraestructura existente. Es decir, la paraestatal mantendrá la distribución y transmisión de la energía, la cual es un negocio altamente rentable si se gestiona de buena forma y garantiza nuestra soberanía, ya que toda la infraestructura eléctrica de nuestra tierra pertenece a la nación. 

Entonces, se creó un mercado con una cadena donde pueden convivir los generadores de energía (privados y CFE), un distribuidor y transmisor (sólo CFE) un suministrador de servicio (CFE, de ahí viene nuestro recibo), entre otras entidades que regulan el mercado.

La política energética también busca el máximo beneficio para el usuario final ya que, por ley, la primera fuente de energía que CFE deberá comprar para su despacho a las líneas de transmisión y distribución al momento que los usuarios necesiten energía, será la más barata y, en este caso, son las energías renovables. Inclusive se rompieron récords de precios más bajos internacionales en las subastas que se realizaron (20.5 usd el MWh), ahora ya extintas en nuestro país. Del otro lado, la energía generada por otras fuentes en su mayoría fósiles de la CFE, son mucho más caras y contaminantes. 

 

 ¿No es lógico entonces, si CFE compra energía más barata, que nos pueda dar un mejor precio? La respuesta es sí. De hecho, el precio de la energía se mantuvo prácticamente igual durante el año pasado, pero ahora ha comenzado a subir de nuevo.

Otro problema del cual las energías renovables son la solución, es la dependencia que tenemos del gas natural para la generación de energía. Nuestro principal proveedor es el estado de Texas, que con las ridículamente frías temperaturas de esta semanas sufrió una emergencia energética, pues colapsó el sistema eléctrico al elevarse la demanda de energía (por la necesidad de la población de usar calefacción) y la falta de planeación ante un evento poco común. 

ERCOT, la compañía encargada de cubrir el 90% del mercado eléctrico de Texas, avisaba el 11 de febrero por su cuenta de twitter que esperaban un récord de demanda de energía eléctrica debido al clima tan frío. Para el día 14 de febrero, pedían amablemente a la población intentar conservar el calor y reducir el consumo de energía. Ese mismo día se registró el pico de demanda más alto jamás antes visto en el estado, un 19% más que el año pasado. Las temperaturas eran tan frías, que los ductos de suministro de gas natural se congelaron y, al ser este uno de los principales insumos para la generación de energía, decidieron centrar lo poco que tenían en ellos mismos y por ende el precio de este insumo en el mercado se elevó 9 veces más de lo normal. En México, la CFE decidió no pagarlo, y por esta razón miles de personas sufrieron cortes de energía eléctrica. El sector industrial se vio altamente afectado al detenerse ensambladoras del sector automotriz. Dense cuenta cómo lo sucedido fue consecuencia de una dependencia delicada de un solo insumo, el cual no nos pertenece ni podemos controlar y que, además, tenemos que pagar al precio que nos indiquen otros.

¿No sería mejor, en lugar de comprar gas natural, invertir en una infraestructura de vanguardia para que la CFE pueda operar como una empresa de clase mundial? ¿No sería mejor que el mercado se pelee por ofrecer a la CFE la energía más barata que pudiera existir y, además, ésta venga de fuentes renovables que contribuyan a reducir la contaminación de nuestro país? La respuesta es sí. Porque de esta manera, la CFE podría operar un negocio altamente rentable, con materia prima a muy bajo costo y ofrecer el mejor precio y confiabilidad a los clientes finales. 

Piénselo bien, llevamos varios años invirtiendo dinero en proyectos como las refinerías, la cual costará, si todo sale bien, 8,918 mdd y entraría en operación dentro de 4 años. En cambio, en Australia, Tesla instaló en 60 días un parque de almacenamiento con baterías de 100 MW por 90 mdd en 2017. Además, los precios de este tipo de tecnología han caído drásticamente desde eso y seguirán bajando año con año. ¿No sería mejor invertir ese dinero en puntos estratégicos de respaldo de energía para evitar estos picos de demanda y garantizar el suministro de energía en México? Así, podríamos dejar de depender de una tubería (literal una tubería), que lleva gas natural y que, en cualquier momento, nos pueden cerrar la llave.

 

 

 Por si no lo saben, en Sonora se encontró el yacimiento de litio “más grande del mundo”. El litio es el material del cual se hacen las baterías para almacenamiento de energía. Hoy en día se le conoce como el próximo “oro blanco”. ¿No sería mejor centrar esfuerzos en explotar eficientemente nuestros ricos yacimientos de litio y olvidarnos del petróleo que era el “oro” del pasado? 

Piénsenlo de nuevo, tenemos récords en precios bajos de generación de energía renovable, y tenemos el yacimiento más grande del mundo del material con el cual podemos almacenar toda esa energía tan barata y limpia. No se tarden tanto…

Está claro, el mundo de hoy ya se mueve con electricidad, y seguirá aumentando con la transición de la movilidad de combustión interna a los motores eléctricos. Sin electricidad no hacemos nada, combatir una pandemia necesita de garantías en el sector energético para poder atender a nuestros enfermos y que la economía pueda producir.

La política energética que propone la reforma a la LIE va en retroceso con el desarrollo del país, favorece el consumo y generación de energía contaminante que daña nuestra salud y, además, es más cara.

Lo que tienes que entender es que entre más rápido sea nuestra transición energética a fuentes limpias y más baratas (renovables), mayor será nuestra ventaja con respecto a otros países en términos de productividad. Al seguir este rumbo, estamos desaprovechando una oportunidad muy valiosa. Nos vamos a ver rezagados, jamás vamos a llegar a ser un país de primer mundo y mucho menos de bienestar.

Abre los ojos y despierta, sé consciente del medio que te rodea y de lo que está pasando. La mayoría de la población vive distraída y no puede ver más allá. Pero si estás leyendo esto tienes la oportunidad de propiciar un cambio que va a beneficiar a tu generación y a todas las que vienen. Esto va más allá de una inclinación política, la situación energética que se va a decidir en estos días es trascendental.

 

 

Raúl Monforte Traconis

Raúl Monforte Traconis

Arquitecto.

Mi energía MX

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