A diferencia de otras ciudades mexicanas, Mérida no pasó por marcados procesos de reingeniería vial que implicaran la construcción de ejes viales, autopistas urbanas y vías de acceso controlado dentro de la ciudad. Las vialidades que fueron planificadas o que pasaron por un proceso de ensanche vial –como la Avenida Itzáes o la Prolongación Montejo— fueron casos excepcionales. Como resultado de ello, la red vial primaria de Mérida es esencialmente de tipo capilar.
Este aparente rezago en materia de ingeniería vial pudo haber desalentado a las autoridades locales a construir puentes peatonales y optar por medidas menos costosas y que ocuparan menos espacio vial. El único caso de puente peatonal intraurbano del que se tiene registro data de 1977 sobre la Carretera Mérida-Progreso a la altura de la Unidad Habitacional Revolución, el cual fue desmantelado hace más de 30 años(1).
En la década de los noventa las autoridades estatales empezaron a instalar pasos peatonales a nivel de banqueta, los cuales se caracterizan por una plataforma de concreto estampado de forma trapezoidal. Los primeros pasos peatonales se construyeron en zonas escolares y accesos a centros médicos, acompañándose de señales verticales que indicaban claramente la prioridad hacia las personas que caminan, con advertencia de multa en caso de infringir tal indicación. De forma paralela, se realizaron reformas a la Ley de Tránsito y Vialidad del Estado reconociendo la existencia de este dispositivo de control de tránsito e incorporando reglas de uso y sanciones en caso de incumplimiento. En su momento fueron acompañados de algunos operativos policiacos de apercibimiento.
Conforme la gente se fue acostumbrando a la presencia de los pasos peatonales, las autoridades estatales y municipales fueron construyendo estos pasos en inmediaciones de parques, centros religiosos, oficinas gubernamentales e inclusive en tramos conflictivos de algunas vialidades primarias.
Con base en un mapeo elaborado por el Observatorio de Movilidad Sostenible de Mérida en 2020, tan sólo en el municipio de Mérida se contabilizó para el año 2019 un total de 506 pasos peatonales, de los cuales el 53% se localizan en zonas escolares, 9% en inmediaciones de parques y áreas verdes, 6% en las entradas de centros religiosos, 3% en las inmediaciones de clínicas y hospitales y 3% en las cercanías de centros comerciales. Por su jerarquía vial, el 31% se localizan sobre vialidades primarias, el 50% sobre vialidades secundarias y el 19% restante sobre vialidades terciarias.
Cuando se empalma con el mapa de siniestros peatonales(2) se encuentran datos interesantes: de 493 siniestros con peatones acontecidos entre 2016 y 2018, tan sólo 11 se registraron en inmediaciones de pasos peatonales, lo cual representa una incidencia de 0.02 siniestros por cada paso peatonal. En contraste, en ese mismo período se registraron 26 atropellamientos en inmediaciones de puentes peatonales. Si consideramos que la ciudad sólo cuenta con 9 puentes peatonales (casi todos ubicados sobre el Anillo Periférico) supone una tasa de incidencia de 2.9 siniestros por cada puente, una diferencia abismal de proporciones.
Tras casi tres décadas de su implementación, los pasos peatonales a nivel de banqueta han demostrado ser una medida de bajo costo de construcción y mantenimiento que garantiza el cruce efectivo y seguro de peatones. Estamos, pues, ante una medida de seguridad vial exitosa que ha pasado desapercibido por las autoridades locales y que debe servir de referente para el resto de las ciudades de nuestro país.
Referencias:
(1) DIARIO DE YUCATÁN, 2017. “Cordemex, a 56 años de industrializar el henequén” en Diario de Yucatán, 29 de diciembre de 2017. Recuperado de: https://www.yucatan. com.mx/multimedia/cordemex-56-anos-industrializar-henequen. Fecha de consulta: 21 de octubre de 2021.
(2) Fuentes: Solicitudes de información pública a la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Yucatán, Policía Municipal de Mérida y seguimiento de notas de prensa local (Por Esto!, Diario de Yucatán, SIPSE, Reporteros Hoy, Yucatán Ahora, Al Chile, De Peso, Tribuna).
De 493 siniestros con peatones acontecidos entre 2016 y 2018, tan sólo 11 se registraron en inmediaciones de pasos peatonales, lo cual representa una incidencia de 0.02 siniestros por cada paso peatonal. En contraste, en ese mismo período se registraron 26 atropellamientos en inmediaciones de puentes peatonales, lo que supone una tasa de incidencia de 2.9 siniestros por cada puente, una diferencia abismal de proporciones.
Eduardo Monsreal Toraya
Analista en Desarrollo Urbano
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