Director del Instituto de Planeación Municipal de Mérida, IMPLAN
¿Cómo influye el diseño de nuestra ciudad en el desarrollo de pandemias, como la del Covid-19, principalmente en materia de movilidad y salud?
A lo largo de la historia del diseño urbano es posible reconocer eventos que marcan puntos de inflexión en las tendencias vigentes; estos eventos lo mismo se deben a las guerras, a las innovaciones tecnológicas o a las creencias religiosas, que a las enfermedades. Derivados de ellos, se introducen cambios en las regulaciones urbanísticas y constructivas que se manifiestan en la imagen de las ciudades.
Por el contrario, también cabe preguntarse si el diseño urbano propicia estos eventos. Al respecto, es generalmente aceptado que las personas y los espacios se relacionan y tienen impactos unos en otros, aunque no se considera que sean determinísticos; es decir, el desarrollo de pandemias no depende única y exclusivamente del diseño de las ciudades. Tan es así que, en la actualidad, los efectos del coronavirus se dejan sentir en ciudades de todo el mundo con soluciones de diseño diferentes entre sí; sin embargo, sería ingenuo desestimar su contribución.
En particular, si nos referimos a la contribución del diseño urbano y la movilidad en relación con la propagación de COVID-19 en Mérida, los especialistas en salud pública han recomendado limpieza y distanciamiento entre las personas como medidas de control, por lo que habrá que revisar tanto normas de diseño como formas de comportamiento social que deben redundar en transformaciones urbanas.
¿Qué medidas e intervenciones se han realizado en Mérida para acondicionar nuestras calles y espacios públicos frente a la pandemia?, ¿se ha considerado que algunas de estas intervenciones se vuelvan permanentes?
Ante la prioridad de garantizar la salud pública, al tiempo de conciliar intereses de diversa naturaleza en la vida de la ciudad, ha sido necesario implementar medidas emergentes en materia de gestión de espacios públicos y de movilidad urbana. Así, en materia de movilidad, las intervenciones son coincidentes con los principios y objetivos del Plan Integral de Movilidad Urbana Sustentable (PIMUS-Mérida) que plantea la movilidad como un medio para garantizar el Derecho a la Ciudad y cuyos ejes estratégicos permiten alcanzar los objetivos planteados.
Dentro del ámbito de competencia y jurisdicción directa del Ayuntamiento de Mérida se ha implementado acciones piloto, tales como: ampliar banquetas, señalar cruces seguros, destinar calles preferentes para el transporte público, dedicar vías exclusivas para uso peatonal y colocar bici-estacionamientos en áreas públicas en el centro de la ciudad, entre otras. También se ha controlado el uso de parques y plazas, se ha instalado filtros de limpieza y desinfección en las calles y se ha diseñado una estrategia de comunicación social para fortalecer la conciencia ciudadana, al respecto. Deben seguir otras acciones para acompañar la reactivación de Mérida.
Aunque ha sido la pandemia lo que ha justificado su implementación emergente, se da seguimiento y se evalúa su desempeño, tanto para conocer su efecto en el control de contagios como en la apropiación y aceptación ciudadana a estas medidas. Al respecto, sería deseable pensar que aquellas que tengan impacto positivo, deben considerarse para su implementación generalizada o por plazos más prolongados.
¿Se han realizado intervenciones tendientes a favorecer la movilidad peatonal y ciclista, ¿qué resultados han dado estas medidas?, ¿se ha pensado en algún mecanismo de seguimiento en conjunto con la sociedad civil?
Efectivamente, se ha realizado intervenciones a favor de la movilidad peatonal y no motorizada en el centro de la ciudad, y se ha recibido opiniones favorables de diversos grupos y sectores. De hecho, dicho apoyo social ha impulsado la continuidad de las acciones.
Respecto a los mecanismos de seguimiento, estos han sido informales, y se han basado en observación de comportamientos y en conteos ocasionales. La propuesta de evaluación se refiere a: estas medidas, ¿reducen los contagios?, ¿son apropiadas por los ciudadanos?, ¿favorecen la movilidad urbana?
Por lo pronto, cada una de estas acciones ha sido informada puntualmente al grupo multidisciplinario e interinstitucional que participó en la elaboración del PIMUS-Mérida y de donde, muy bien, puede surgir un grupo de seguimiento.
¿Qué papel ha desempeñado el PIMUS en las intervenciones realizadas?, ¿qué le espera a Mérida en materia de movilidad después de la contingencia?, ¿habrá cambios en la política de movilidad?
El PIMUS-Mérida es el documento estratégico que ha guiado las intervenciones recientes, y debe orientar las acciones futuras de movilidad urbana. Lo anterior, debido a que su elaboración fue un ejemplo de colaboración entre autoridades y ciudadanía y de continuidad de política pública, que dio como resultado escenarios, visión, objetivos y estrategias basados en principios de vanguardia.
Dado que hay mucho por hacer, sus resultados iniciales deben acelerar los procesos conducentes a la integralidad del sistema de movilidad. Si algo ha mostrado esta contingencia de salud pública es la relevancia del tema como una prioridad urbana, y la necesidad de las alianzas de los actores clave para su transformación positiva.
Como en casi todos los temas, las voces ciudadanas hacen la diferencia en el establecimiento y en la consolidación de políticas públicas. Me parece que la ocasión es propicia para avanzar lo mismo en aspectos normativos, de planeación y diseño urbano, de financiamiento, de transporte público, de movilidad no motorizada, de logística, entre tantas otras que -en conjunto- permitirán avanzar hacia una movilidad sustentable, segura y saludable.
A pesar de no ser responsabilidad del Ayuntamiento, ¿se tiene alguna estrategia conjunta para el mejoramiento del transporte público en Mérida?
Este aspecto es toral y, desafortunadamente, confuso. El Ayuntamiento de Mérida no tiene responsabilidad directa en las concesiones de rutas de transporte público; sin embargo, tiene corresponsabilidad de la movilidad en su territorio. Así, entre las primeras acciones para el mejoramiento del transporte público está el reconocimiento de atribuciones de las partes; al respecto, la instancia municipal no evade su responsabilidad y el PIMUS ha planteado la relevancia del fortalecimiento institucional en materia de movilidad urbana. Sin invadir las funciones de las instancias establecidas, aún hay espacio para contribuir.
La SEDATU realizó por la emergencia sanitaria el documento Movilidad 4S, ¿Qué nos puede comentar sobre él y que estrategias propone el IMPLAN para adaptar dichas estrategias a nuestro municipio?
Los principios del documento “Movilidad 4s para México: Saludable, Segura, Sustentable y Solidaria. Plan de Movilidad para una nueva normalidad”, presentado por la SEDATU, y los del PIMUS-Mérida son coincidentes en muchos aspectos. Es más, las estrategias de Movilidad 4s son un espaldarazo, en materia de política pública, a la planeación de la movilidad urbana desarrollada en Mérida.
Una de las bondades de las estrategias de Movilidad 4s es haber sintetizado y priorizado medidas claras, en cuatro aspectos: salud pública, seguridad vial, sustentabilidad ambiental y equidad e inclusión social. El hecho de que sean medidas claras no significa que sean sencillas de implementar. Ese es uno de los retos mayores.
Al respecto, consideramos fundamental incluir el tema de la gestión como mecanismo para pasar de las ideas a las acciones. El PIMUS-Mérida reconoce la necesidad de fortalecer institucionalidad, normatividad, financiamiento y gobernanza para el logro de la visión de movilidad urbana construida por los meridanos.
Edgardo Bolio Arceo
Director del Instituto de Planeación Municipal de Mérida, IMPLAN
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