Entrevista con el Instituto Municipal de Planeación de Mérida
Segunda Parte
En la edición anterior de MetrópoliMid, presentamos la primera parte de la entrevista a Edgardo Bolio Arceo, director del Instituto Municipal de Planeación de Mérida (IMPLAN); a Alejandra Aragón Quintal, la coordinadora del Sistema de Gestión de Espacios Públicos; y a Marilin Can Quintal, colaboradora del Sistema de Gestión de Espacios Públicos, que abundó sobre las visiones y retos del espacio público en Mérida. Esta segunda parte, se centra en la naturaleza de las intervenciones que se han realizado en Mérida en los últimos años, en materia de espacios públicos.
Intervención constante del espacio público
El ayuntamiento está haciendo intervenciones de diferente escala todo el tiempo. En promedio, al año se hacen 10 o 12 intervenciones de espacio público con el sistema de diseño participativo, y alrededor de 30 o 40 en total.
Aun así, el ayuntamiento recibe de 100 a 120 solicitudes de intervención de espacios públicos cada año, y los recursos de los que dispone para poder atenderlas no son de la misma escala que las expectativas ciudadanas. Entonces, viene el reto de encontrar algún criterio para seleccionar dónde poder intervenir, que considere criterios de responsabilidad y de distribución equitativa.
Otro gran reto, es la cuestión operativa. Las solicitudes ciudadanas se integran a través de diversas áreas o dependencias, por lo que la Secretaría de Participación Ciudadana solicitó a las 19 dependencias que inciden y actúan en el espacio público, que elaboraran una base de datos de las solicitudes ciudadanas recibidas desde 2018 a 2022. Se integró una base de datos de 489 solicitudes, y el IMPLAN es el responsable de ver a qué espacio público corresponden. De las solicitudes iniciales, se detectaron 234 espacios públicos solicitados, ya sea para la creación, mantenimiento o intervención.
Criterios para la intervención del espacio público
Para determinar qué espacios públicos intervenir, se aplicaron 5 filtros o criterios:
- La propiedad, es decir, que se tratara de un espacio público propiedad del municipio.
- El que no hubiera tenido un proceso previo de intervención.
- La naturaleza y viabilidad de la solicitud, considerando también factores como el presupuesto.
- La ubicación, dado que este proceso no involucra en este momento a las comisarías, mismas que son atendidas con otro tipo de recursos y estrategias.
- La existencia o no de comités de vecinos, dando mayor impacto colectivo a las solicitudes.
De este modo, se redujo a una base de 67 espacios públicos que acreditaban los filtros y, a partir de esto, se eligieron estratégicamente los lugares.
Participación ciudadana: diseño y presupuesto participativo
Recientemente, se aprobó un reglamento en el municipio de Mérida para fomentar la participación ciudadana en diferentes temas y, uno de ellos, es el mecanismo de presupuesto participativo, en el cual la ciudadanía va a tener la oportunidad de decidir dónde poner el dinero.
Buscar cuáles pueden ser los mecanismos para recibir las solicitudes ciudadanas y orientarlas, implica una decisión que ya no será solo de la autoridad, sino también de los ciudadanos. Con todo este trabajo previo de filtrado y clasificación, se tienen bases más estructuradas para que los ciudadanos puedan elegir de una manera más equitativa y justa.
El uso y versatilidad del espacio público
Cuando aplicamos la metodología de diseño participativo, uno de los ejercicios reside en identificar cuántas veces se asiste al parque, en que horarios y qué actividades hacen. En los parques de colonia, y en los que hay preferencia por juegos infantiles, los horarios de uso son temprano en la mañana y por la noche. A esto se agregan otros factores, como el tema ambiental, contar con infraestructura verde que proporcione sombra, o un área confortable puede atraer a más personas al espacio público.
Otra cuestión son las políticas de activación, promoción y funcionamiento del parque. Muchas veces éstas están orientadas hacia la mañana o hacia la tarde, porque se cree que la gente no acudiría en otros horarios. Sin embargo, se olvidan de que hay personas que se quedan en casa en esos horarios y están buscando qué actividades realizar. La política pública también puede ser un factor que determine los horarios de uso. Sin embargo, primero debe haber confortabilidad en el espacio público para poder ofrecer otras funciones.
Ante la falta de recursos: alianzas y captación de otros tipos de ingreso
Debemos apostar por las alianzas y la complementariedad del trabajo de diferentes actores clave en la comunidad. El gran reto es poder hacerlo funcional, mucho más práctico y sistematizado, de tal manera que estos mecanismos de gestión colaborativa entre diferentes agentes sociales, pueda verse reflejado en mayor calidad y cantidad de estas intervenciones.
En su momento, también se habló de un proyecto que incentivara la captación de otros tipos de ingresos, que complementen los del municipio y permitan seguir manteniendo y generando nuevos espacios públicos. Existen figuras como la donación y el comodato, del cual “Jardín Bepensa” es un ejemplo de un caso de éxito.
Por su parte, un ejemplo de donación es el proyecto que tuvimos hace poco. La empresa “Niantic”, que promueve juegos como “Pokémon GO”, estuvo interesada en colaborar porque vio que uno de los puntos donde el juego estaba teniendo mucho éxito era precisamente la ciudad de Mérida.
Pokémon GO: un caso de éxito en el espacio público
Habían identificado, a partir sistemas GPS y satelitales, que uno de los espacios públicos donde se juntaba la gente a cazar pokemones, era el del Fraccionamiento del Parque, específicamente en el área donde está el jardín botánico. Entonces, a través de “Escuelas sustentables”, una asociación particular, se pusieron en contacto con el municipio e hicieron una donación para habilitar ese espacio, a modo de que los jugadores tuvieran más de comodidad.
A través de esta donación, colaboramos varias de las dependencias involucradas y el IMPLAN se encargó de ser gestor para el desarrollo de un proyecto prototipo: se estableció el presupuesto, se dieron los recursos, materiales, bancas, luminarias, y se hizo un evento participativo, donde a los mismos jugadores se les invitó para que ellos puedan construir y proponer la intervención del espacio público.
A partir de esta alianza, al espacio público se le puso wifi, luminarias, bancas y hubo un proceso de participación y apropiación por parte de los más de 200 jugadores que participaron. Con este antecedente, ha habido interés de otras empresas por realizar una colaboración directa para explorar estos mecanismos.
Aunque persiste la preocupación de “dónde deja de ser público y dónde deja de ser privado”, es importante aclarar que no estamos regalando los espacios públicos, sino que estamos buscando nuevas modalidades que permitan una colaboración para el bien común.
En promedio, al año se hacen 10 o 12 intervenciones de espacio público con el sistema de diseño participativo, y alrededor de 30 o 40 en total.
Entrevista realizada por Karen May Puerto y David Montañez Rufino.