A nivel de negocio, los lotes como tal no representan una competencia para nuestros desarrollos. Los productos que venden que han denominado “lotes de inversión”, están varios escalones debajo de la vivienda más económica, que está alrededor de los 380 mil pesos, mientras que hay lotes de inversión que se venden hasta en 65 mil pesos. Realmente un lote de inversión no es una competencia de una vivienda, además de que la lógica de compra es distinta. La vivienda es para vivirla, mientras que estos lotes son productos 100% de especulación.
Ahora, si bien no son una competencia directa para nuestros proyectos, sí son un factor que consideramos muy preocupante, porque puede generar un gran número de inconvenientes, para nuestra industria, para el estado, y para los ciudadanos. Entre los principales de estos inconvenientes, podemos encontrar los siguientes:
- Problemas graves de ordenamiento territorial. Los lotes de inversión están generando precisamente un desorden territorial, que limita las capacidades de los municipios y estados a futuros proyectos económicos, ya sean públicos o privados, como pueden ser carreteras, líneas de alta tensión, etc. Se están generando islas pulverizadas donde no vas a poder circular, y tendrás que buscar otras rutas que aumenten tus gastos de infraestructura.
- Problemas de certeza jurídica. Una de las cosas que más atesoramos, tanto los que vivimos en Yucatán como quienes vienen de fuera, es la certeza jurídica. Este tipo de proyectos dañan la imagen de esa certeza jurídica y van a terminar siendo un problema legal, pues habrá gente comprando terrenos con la expectativa de una infraestructura que no va a haber hoy… ni nunca.
- Riesgos en materia de seguridad pública. Al romperse las expectativas en cuanto este tipo de proyectos, van a ser abandonados; y al ser abandonados, van a estar al alcance de posibles grupos criminales que tomen posesión de estos terrenos, y desconocemos qué podrían llegar a hacer con ellos.
- Problemas en la valoración de la tierra. Algunos de estos proyectos cotizan en dólares –en más de 200 dólares el m2–, y se venden en Estados Unidos. Incluso hemos visto que entrevisten en eventos internacionales, –como la Fórmula Uno–, sobre proyectos de lotes de inversión en Yucatán. Se trata de proyectos que ya se promocionan a nivel mundial, asignándoles un valor que, en la realidad, no tienen. Eso se vuelve una referencia para el resto de la tierra que existe en el Estado. Al subir los precios de la tierra los modelos de desarrollo inmobiliario tendrán que, o bien cambiar para poder mantener los costos actuales de la vivienda, o tener que disparar los costos finales de la vivienda.
- Riesgos ambientales. Estos lotes están generando una deforestación indiscriminada, sin manifiestos de impacto ambiental o regulación de algún tipo. ¿Qué tipo de manejo de aguas residuales tienen estos proyectos?, simplemente no hay manera de controlar todo esto.
- La naturaleza legal de estas tierras. En un gran número de estos proyectos, la tierra no es de propiedad privada. Se está afectando de manera directa a ejidatarios, a campesinos. Esto ocasionará un problema social de grandes proporciones, con todas las comunidades rurales. Quien compró quizá no pueda ser legítimo propietario, pues el propietario es el ejido; o por el contrario, el ejidatario perderá la posesión de una tierra que legalmente sigue siendo suya. Por ambos lados habrá conflicto.
Realmente un lote de inversión no es una competencia de una vivienda. La vivienda es para vivirla, mientras que estos lotes son productos 100% de especulación.