Diseño hostil del mobiliario urbano, un problema de las urbes modernas

Mar 3, 2023 | Artículos, Zona Urbana

El mobiliario urbano es uno de los elementos más importantes del espacio público, pues tiene la función de volverlo más confortable y lograr la satisfacción de más necesidades. En teoría, el carácter público de estos espacios indica que le pertenecen a todas las personas; todos somos libres de usarlos. 

En las ciudades modernas, con tendencias a la exclusión social, el mobiliario se diseña para decidir quién puede usar el espacio y quién no, aplicando modificaciones a fin de motivar ciertos usos y desincentivar otros. Morant (2020) menciona que, por un lado, se puede argumentar que los espacios requieren mantenimiento y cuidado, para lo que se deben restringir las actividades en estos. Por otro lado, los espacios públicos deben su existencia a la creatividad del ser humano, sus necesidades, actividades y formas de habitar diversas.

Diseño hostil del mobiliario urbano, un problema de las urbes modernas

Urbanismo Excluyente

En los últimos años, los encargados de hacer ciudad han optado por dotar al espacio público de mobiliario diseñado para restringir usos como las estancias prolongadas, el juego y el sueño.

Otros nombres para este tipo de diseño son Arquitectura hostil o Urbanismo defensivo. Se observan por doquier bancas con portabrazos intermedios, bancas en ángulos o curvas, tubulares, individuales, de materiales que se calientan o enfrían demasiado, y un largo etcétera que, aunque al usuario común no le resulta evidente, tiene la misión de desalentar o evitar la ocupación de los espacios por personas de escasos recursos, impidiendo, por ejemplo, que alguien pueda dormir en ellos. 

El diseño hostil de la ciudad no solo afecta a personas de bajos recursos; este tipo de bancas también desalienta el uso por parte de cualquiera que pretenda usarlas más allá del tránsito, de aquellas personas que usan el espacio en grupo, las que planean permanecer en él por más tiempo del estrictamente necesario, pero que no pueden porque las condiciones de escaso confort las limitan.

Otro tipo de mobiliario hostil son los picos o púas colocadas en superficies que podrían usarse para el descanso: escalones, jardineras y zonas cubiertas como pórticos o ventanales. Su uso se origina en la propiedad privada, pero se ha extendido a edificios públicos y al mismo espacio público, amenazando el uso democrático de la ciudad.

Contradicción en la ocupación del espacio

En contraste con esta tendencia, en nuestras ciudades se hace cada vez más común la ocupación del espacio público con mobiliario orientado al consumo y el comercio: mesas, sillas y sombrillas en los parques contiguos a restaurantes, principalmente en zonas turísticas. “Es lo que algunos llaman comercialización del espacio público, donde todo se convierte en un centro comercial”, señala el historiador Iain Borden (2014).

La proliferación de terrazas, plazas comerciales climatizadas y la expansión masiva del turismo, reserva el territorio para quienes pueden pagarlo; “sólo somos ciudadanos en la medida en que estamos trabajando o consumiendo bienes directamente” (Borden). Este es de los puntos más contradictorios de la arquitectura hostil, pues el espacio público motiva a que aquellas personas que ocupan por motivos distintos al consumo, sean excluidas y en ocasiones desplazados.

Diseño hostil del mobiliario urbano, un problema de las urbes modernas

La integración de todas las personas: la alternativa de DIHLA

Nuestras ciudades deben regresar al diseño inclusivo de espacios públicos y de mobiliario urbano. La ciudad debe proveer las mismas oportunidades de esparcimiento y descanso para todos sus habitantes, independientemente de su nivel socioeconómico. Al excluir a las personas de escasos recursos del espacio público, no se está solucionando el problema, solo se les niega oportunidades y empeora aún más su calidad de vida.

En DIHLA estamos comprometidos con la integración de todos los usuarios en el espacio público; nuestras intervenciones urbanas inician con un proceso de planeación y diseño participativo que involucra a los vecinos y potenciales usuarios de los espacios públicos, para asegurar una selección de mobiliario acorde a las necesidades de todas las personas.

Es de gran importancia favorecer diseños que permitan una variedad de usos, que se adapten a todos y que proporcionen protección ante las inclemencias de los elementos. En ciudades como Mérida, es importante que el mobiliario se piense para el descanso entre los traslados a pie, que provea de sombra ante el sol abrasador de la región y techo para la época de lluvias, temporada en la que peatones y personas vulnerables sufren más de las decisiones equivocadas tomadas en el espacio público.

Diseño hostil del mobiliario urbano, un problema de las urbes modernas

 

En DIHLA estamos comprometidos con la integración de todos los usuarios en el espacio público; nuestras intervenciones urbanas inician con un proceso de planeación y diseño participativo para asegurar una selección de mobiliario acorde a las necesidades de todas las personas.

Miguel López Moreno
Director General de DIHLA, equipamiento urbano; egresado en Economía por la Universidad Complutense de Madrid.

ventas@dihla.com.mx