Save The Children es una agrupación que lleva más de 45 años funcionando. En Yucatán empezaron en 2012 en la zona oriente del estado, específicamente con el municipio de Tixcacalcupul. Ahí se centraron en el tema de la salud y la nutrición. Ahora están en 13 municipios de Yucatán, incluyendo Mérida, y su labor está enfocada en 3 temas principales:
1. Salud: la meta principal es lograr disminuir las muertes infantiles, prevenibles durante los 0 hasta los 5 años.
2. Educación: lograr que los niños y niñas accedan a una educación de calidad.
3. Protección: ningún tipo de violencia es aceptada.
“Uno de los retos más importantes que enfrenta la niñez en Yucatán, es que no son percibidos como sujetos de derecho, por lo mismo, carecen de espacios en los que su voz pueda ser escuchada. A los niños y a las niñas en muy pocas ocasiones se les toma en cuenta o se les pregunta cuál es su opinión o qué piensan”, señala Georgina Patrón Cantón, Coordinadora Estatal de Save The Children.
En cada municipio es diferente la participación ciudadana, hay algunos en los que la comunidad es muy activa en las mesas de trabajo y convocatorias. No obstante, hay lugares en donde las personas se sienten excluidas o “que nunca han sido tomados en cuenta”, y eso hace más difícil su colaboración.
El primer propósito u objetivo que Georgina Patrón considera relevante para Yucatán sería el “poder incluir la voz de los niños y las niñas en la planeación de la ciudad y en esa misma línea, tener espacios verdaderamente apropiados para la rendición de cuentas acerca de cómo y qué se ha hecho en este sentido. Debería haber una revisión más habitual de los avances, sin tener que esperar al cambio de gobierno”. La Coordinadora Estatal de Save The Children asimismo menciona que es obligatorio hablar de los retrocesos que ocurran, para saber qué acciones tomar en el futuro.
Otro tema vital es el acceso a los servicios de salud. En el caso de Mérida, conforme ha ido creciendo la ciudad, en ocasiones se pierde este acceso a servicios que anteriormente tenían las familias. Curiosamente somos el estado con mayor obesidad infantil, y paradójicamente también se padece desnutrición. “Nosotros lo que tratamos de hacer es darles información a los niños y las niñas de lo que consumen, sobre aquellos productos con alto nivel de grasas, azúcares, etc. Esto es algo que, por supuesto, igualmente trabajamos con los papás y las mamás”, afirma Patrón Cantón. Incluso en Save The Children les hacen ver a las familias la importancia de la actividad física para evitar el sedentarismo.
“Uno de los retos más importantes que enfrenta la niñez en Yucatán, es que no son percibidos como sujetos de derecho, por lo mismo, carecen de espacios en los que su voz pueda ser escuchada. A los niños y a las niñas en muy pocas ocasiones se les toma en cuenta o se les pregunta cuál es su opinión o qué piensan”
“Aunque suene fuerte, hay personas que tratan a sus hijos como si fuesen objetos, lo que significa que creen que pueden hacer lo que quieran con ellos”.
En la cuestión de los suicidios, se conoce que cada año han aumentado, a su vez, se sabe que son hombres los que más cometen este acto. En los niños, sin embargo, los casos se dan en aquellos de nivel secundaria y mucho tiene que ver la situación familiar. “Afortunadamente el desarrollo socioemocional es algo que ya está empujando o trabajando la Secretaría de Educación Pública. Aún así hay que darles herramientas para ser más resilientes, para poder superar el entorno en el que viven y salir adelante”, menciona Georgina Patrón.
Por último, habría que enfocarnos en la relación violencia-educación, es decir, la violencia intrafamiliar; ya que se cree que con castigos físicos se va a corregir a los pequeños. Este problema es cultural y ocurre no sólo en Mérida o Yucatán, sino a nivel nacional. “Aunque suene fuerte, hay personas que tratan a sus hijos como si fuesen objetos, lo que significa que creen que pueden hacer lo que quieran con ellos”. De tal forma que, se tendría que reeducar y cambiar los hábitos negativos. Lo ideal sería que los yucatecos, y en general en el país, se reconozca que esto no es lo mejor para los niños y niñas; por eso se necesita escuchar sus voces.