Inclusión y Diversidad en el Espacio Público
En la actualidad, cualquier discusión sobre las ciudades, su planificación, diseño y gestión, debe necesariamente contemplar el desarrollo sostenible y sus objetivos. La creciente preocupación de los desafíos causados por las crisis ambientales, sociales y económicas nos exige que repensemos la forma en la que construimos y administramos nuestras ciudades. La integración de los principios del desarrollo sostenible no solo se presenta como una opción deseable, sino como un elemento fundamental para garantizar la resiliencia y equidad de las ciudades en el presente y para las generaciones futuras.
En este sentido y retomando la inclusividad como uno de los pilares del desarrollo sostenible, es inevitable el plantearnos y cuestionarnos sobre el cómo desde la práctica profesional se han abordado temas como las desigualdades económicas, sociales y territoriales que afectan a la población, incluso en algunas ocasiones reconociendo que muchas de las personas que habitan en el espacio urbano tienen diferentes oportunidades de desarrollo dependiendo de su etnia, religión, género, edad, capacidades físicas y cognitivas e, inclusive, dependiendo del grupo social al que se pertenece, la localización de su vivienda o su situación económica, por nombrar algunas.
Por lo tanto, la construcción de las ciudades inclusivas presenta un gran desafío, que nace en la importancia de incorporar el tema de la diversidad en el diseño y planificación urbana que no solamente busque exaltar la diferencia entre hombres y mujeres, sino que apunte a la construcción de espacios urbanos que no consideren a las personas a las que se le diseña como un ente homogéneo, sino que reconozca las desigualdades y apunte a mejorar, a través de su diseño, las condiciones de equidad.
Nuestro derecho de ser
Como mexicanos gozamos de un estado de derecho que garantiza nuestras libertades e igualdad ante la ley, y en donde se reconoce la declaración de universal de los derechos humanos, en donde se menciona que todas las personas tienen los derechos y libertadas proclamadas en dicha declaración, sin distinciones según raza, color, sexo, opinión política o de cualquier otra índole, nacionalidad, etc. Sin embargo, a pesar de lo señalado, existen muchos indicadores de que varios sectores de la población mexicana aún enfrentan día a día diversos tipos de inequidad, discriminación, o factores que repercuten directamente en el estado de derecho del que todos por igual deberíamos de gozar.
Solo por mencionar algunos datos, según la Encuesta Nacional Sobre Discriminación (ENADIS) del 2022, entre julio del 2021 y septiembre del 2022, se levantó una encuesta en dónde se buscó conocer las percepciones, se lograron captar actitudes, prejuicios y opiniones, así como las experiencias de discriminación en ámbitos de la vida social. A nivel nacional, 23.7% de la población de 18 años y más manifestó haber sido discriminada; de los cuales un 30.6% lo atribuyó a su forma de vestir o arreglo personal, el 35.3% lo atribuyó a ser mujer; curiosamente en primer lugar, con el 32.1%, de las personas encuestadas, encontramos al Estado de Yucatán.
Entonces, vemos que existen muchas personas que se sienten discriminadas por el simple hecho de ser: soy mujer, soy homosexual, etc; ¿en dónde queda la libertad de ser quién soy, si ser quien soy hace que me discriminen? Sería interesante, a futuro, profundizar en estos datos y preguntarnos ¿en dónde se dan en su mayoría estas experiencias?, empezando por los espacios públicos, que en teoría son para todas las personas , lo que le pertenece a todas las personas, lo que es de todas las personas; y por qué no, más acciones que permitan visibilizar y dimensionar, a través de la socialización y comunicación, la información resultante de este tipo de indicadores, que sirvan como detonadores de nuevas iniciativas territoriales que combatan estas desigualdades.
Desde lo tangible
El diseño de la infraestructura urbana debe ser sensible a las diversas necesidades de la población, que implique no solo garantizar la accesibilidad para las personas con discapacidades, sino también considerar las condiciones de aquellas personas en situación de pobreza o sin hogar. Existen otras ciudades en el mundo, como Copenhague, que han aplicado proyectos como la implementación de mobiliario urbano que permita su uso para las personas sin hogar, o algunos espacios cuentan con la presencia de refugios, servicios sociales y áreas de descanso accesibles, reflejando claramente un compromiso con la creación de espacios públicos que atiendan a la diversidad en todas sus formas.
Por otra parte, la accesibilidad debe ir más allá, un diseño verdaderamente inclusivo debe garantizar que los espacios públicos sean accesibles para todas las personas, un espacio público que cualquier persona pueda utilizar y gozar de todo lo que ofrezca: si existe un lugar de juegos infantiles ¿acaso los adultos no jugamos?; si soy una persona de la tercera edad o de movilidad reducida y el espacio está diseñado con muchos cambios de nivel, ¿por qué no se me tomó en cuenta para poder acceder a él?, ¿acaso no quieren que lo utilice?
Celebración de la Diversidad
Los espacios públicos deben convertirse en lugares donde se celebre la riqueza de la diversidad cultural. Espacios en donde se puedan realizar eventos culturales, festivales y exposiciones que reflejen y celebren diferentes identidades que contribuyan a construir una cultura urbana inclusiva y respetuosa. Ya que la visibilidad puede lograrse de muchas maneras, el simple hecho de colocar un cruce peatonal con los colores de un arcoíris, permitir un mitin de alguna organización activista, diseñar espacios que permitan tener actividades tanto culturales como de acción comunitaria, etc; no solamente dan un espacio que permite el uso, sino que ayudan a visibilizar la existencia de que todo tipo de personas, todo tipo de grupos sociales, todo tipo de formas de ser pueden hacer uso de él.
La diversidad en una población también se refleja en la participación ciudadana, una buena planificación debería incluir mecanismos que aseguren la representación de diversas voces en la toma de decisiones. La consulta activa con comunidades marginadas, como personas de la comunidad LGBT+ o grupos históricamente discriminados, es esencial para asegurar que sus necesidades y preocupaciones sean tomadas en cuenta.
La construcción de ciudades inclusivas como proceso continuo que aborde la diversidad en todas sus formas.
La creación de espacios urbanos inclusivos es posible, existen hoy en día muchos ejemplos en otras ciudades del mundo que han adoptado estrategias efectivas para crear entornos urbanos inclusivos, pero la planeación de nuestras ciudades debe ir más allá. Implica un cambio cultural y social profundo, el cual requiere la aceptación y celebración de la diversidad como un activo, reconociendo que la fortaleza de una ciudad radica en la riqueza de las experiencias y perspectivas de sus habitantes.
La construcción de ciudades inclusivas es una invitación a abrazar la diversidad como un principio fundamental para lograr un desarrollo sostenible y equitativo, ciudades diseñadas para todas las personas y para todas las formas de ser.