A partir del pasado 26 de abril, se dio un cambio en el manejo del presupuesto de las secretarías de la Defensa Nacional (SEDENA) y Marina (SEMAR) en lo referente al Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT); organismo que reemplazará al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) según la nueva Ley de Ciencia y Tecnología aprobada, por la Cámara de Diputados. El CONAHCYT tendrá injerencia en la expedición del reglamento de becas, en el Sistema de Investigadores, en la asignación de temas de investigación, en la selección de temas de posgrado, así como también en la creación y desintegración de Centros Públicos, para el fomento de la inversión en I+D (Investigación y Desarrollo). Esto propone un paréntesis de análisis que en este artículo nos proponemos investigar, ¡claro!, esto siendo positivos, a favor del fortalecimiento del país.
Imagen (1) Muestra un proyecto de investigación y desarrollo, para diagnosticar la salud, construido con recursos militares y que ya es de uso civil en Colombia.
En la sustentabilidad es esencial el crecimiento económico y el progreso social, y la participación de las fuerzas armadas en la toma de decisiones sobre la investigación científica podría proporcionar un impulso adicional al financiamiento y el apoyo a proyectos de ciencia y tecnología. Esto, a su vez, podría mejorar la competitividad de México en el escenario mundial y contribuir a abordar desafíos nacionales e internacionales en áreas como la seguridad, la salud y el medio ambiente.
Por lo que partamos del corolario de que “La colaboración entre la milicia y el sector científico en México podría fortalecer la formación y capacitación de profesionales en áreas de ciencia y tecnología”, al aprovechar la experiencia y habilidades técnicas de las fuerzas armadas, siempre y cuando la milicia respete la autonomía de la academia y no priorice proyectos bélicos. Esto podría conducir a un aumento en la cantidad y calidad de investigadores y profesionales altamente capacitados en el país, bien pagados, evitando la fuga de cerebros, lo que a su vez podría tener un impacto positivo en la innovación y el desarrollo tecnológico.
Investigación y Desarrollo para el progreso
En el mundo actual, la inversión en (I+D) es fundamental para impulsar el crecimiento económico y el progreso social. México puede aprender de ejemplos históricos, como el Proyecto Manhattan: Canadá, EUA y Reino Unido creación de gran infraestructura científica donde se construyó, la bomba atómica; la Guerra Fría: con la carrera espacial y computacional entre E.U.A y URSS, que cambió la forma de comunicación actual; y de la década del 2010 a la fecha: China ha modernizado su Ejército Popular de Liberación para garantizar una creciente investigación y desarrollo de tecnologías de doble uso, es decir, tecnologías de movilidad, vivienda, alimentación y geolocalización, que tienen aplicaciones tanto militares como civiles y que han contribuido al progreso social y al bienestar.
Hoy por hoy, países como China han demostrado cómo la colaboración entre la milicia y el sector científico puede resultar en avances tecnológicos significativos. México también podría fomentar el desarrollo de proyectos de investigación enfocados a la seguridad nacional y la defensa, así como a la prevención y respuesta a desastres naturales y emergencias, o a sistemas de gestión integral de riesgos, temas en los que históricamente nuestro ejército ha sido un fuerte pilar. Esto, además, podría mejorar la capacidad del país para enfrentar desafíos globales en áreas como el cambio climático, la ciberseguridad y la salud pública.
Imagen (2) Representa tecnologías de doble uso, como drones que se utilizan tanto para fines militares como civiles (por ejemplo, vigilancia y monitoreo de desastres naturales).
Beneficios de la sinergia entre la milicia y el sector científico en México
Este tipo de colaboración podría aportar recursos adicionales, conocimientos especializados y enfoques prácticos a proyectos de investigación y desarrollo. Esto podría mejorar la competitividad de México a nivel global y abordar desafíos nacionales e internacionales en áreas como seguridad, salud y medio ambiente.
Imágenes (3) Desarrollos tecnológicos en el ámbito militar que han tenido aplicaciones civiles, como GPS, Internet o tecnologías de comunicación.
Además, la cooperación entre ambos sectores podría facilitar la transferencia de conocimientos y tecnologías entre los sectores público y privado, lo que impulsaría el avance en áreas de investigación de importancia nacional y estratégica. Esta colaboración también podría fortalecerse en:
Necesidades de seguridad nacional, las amenazas y desafíos a la seguridad nacional de un país pueden influir en la medida en que los militares se involucren en la ciencia y la tecnología. Si hay preocupaciones significativas sobre la defensa y la seguridad, puede haber una mayor justificación para la participación militar.
Prioridades políticas y gubernamentales a nivel nacional. Por ejemplo, un gobierno que enfatiza la inversión en educación, salud y medio ambiente puede ser menos propenso a involucrar a los militares en proyectos científicos y tecnológicos.
Recursos financieros. Si hay escasez de fondos, los militares pueden ser vistos como una fuente adicional de financiamiento para ciertos proyectos.
Imagen (4) Colaboración entre instituciones académicas y militares en la formación de profesionales en áreas de ciencia y tecnología.
Infraestructura y capacidad científica y tecnológica. En algunos casos, los militares pueden tener acceso a instalaciones, recursos y conocimientos especializados que podrían beneficiar a proyectos científicos y tecnológicos.
Tradición histórica y cultural. Algunos países pueden tener una larga tradición de colaboración entre el sector científico y las fuerzas militares, mientras que en otros puede haber una separación más clara entre los dos.
Relaciones internacionales y cooperación. Son alianzas interinstitucionales, nacionales e internacionales en la cooperación en ciencia y tecnología. Por ejemplo, si un país forma parte de una alianza militar que promueve la cooperación en investigación y desarrollo, es más probable que sus militares se involucren en proyectos científicos y tecnológicos.
En una segunda parte de este artículo, hablaremos sobre los dos riesgos devastadores de esta sinergia.
«Países como China han demostrado cómo la colaboración entre la milicia y el sector científico puede resultar en avances tecnológicos significativos. México también podría fomentar el desarrollo de proyectos de investigación enfocados a la seguridad nacional y la defensa».
Responsable de la Sección: Doctora en Urbanismo, Sofía Flores Morales.